BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

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[Capítulo VII]

 

El vii° capítulo fabla de commo el infante Joas, andando por la tierra así commo el rrey su padre le mandara, acaesçió que en una calle por do él passava tenían un cuerpo de un omne muy onrado que finara.

 

Et andando el infante Joas por la tierra así commo el rrey su padre mandara, acaesçió que en una calle por do él passava tenían un cuerpo de un omne muy onrado que finara un día ante. Et sus parientes et sus amigos et muchas gentes que estavan ý ayuntados fazían muy grant duelo por él.

Quando Turín, el cavallero que criava al infante, oyó de luenne las vozes et entendió que fazían duelo, acordóse de lo que el rrey Morabán su padre del infante le mandara. Por ende quisiera muy de grado desviar el infante por otra calle do non oyese aquel llanto porque oviese a saber que lo fazían por aquel omne <que> muriera. Mas, porque el lugar por do el infante queríe ir era más derecho [que] el camino por aquella calle, non lo quiso dexar et fue yendo fasta que llegó al lugar do fazían el duelo. Et vio el cuerpo del omne finado que estava en la calle. Et quando le vio así yazer et bio que avía façiones et figura de omne, et entendió que se non movía nin fazía ninguna cosa de lo que fazen los omnes buenos, marabillóse ende mucho. Ca çierto es que por muy entendido que omne sea, que la cosa que nunca a visto nin oído non puede saber tanto della commo los otros que lo saben, aunque non ayan tan grant entendimiento commo él.

Et porque el infante nunca viera tal cosa nin lo oyera, quisiera luego preguntar a los que ý estavan qué cosa era. Mas el grant entendimiento que avía le retovo que lo non fiziese. Ca entendió que era mejor de lo preguntar más en poridat a Turín, el cavallero que lo criara. Ca por las preguntas que omne faze se muestra {48d } de buen entendimiento o non tanto.

Et por ende quando fue tornado a su posada, llamó a Turín et preguntól que qué marabilla fuera aquella que viera aquel día. Ca viera aquel día un cuerpo que avía façiones et figura de omne et que era de carne et avía todas las cosas así commo omne, et que non fablava nin se movía nin fazía ninguna cosa que omne pudiese fazer. Otrosí que viera que todos los que estavan en deredor del lloravan et fazían muy grandes sennales que avían grant pesar; otrosí que en veyéndolo hél que todo le talante se le mudara et oviera ende commo manera de espanto.

A Turín pesó mucho de aquellas cosas que el infante viera et aún más de lo que él le preguntara. Et fizo todo su poder por le meter en otras rrazones et le sacar de aquella entençión. Pero al cabo tanto le afincó el infante que non pudo escusar del dezir alguna cosa ende. Et por ende le dixo: «Sennor, aquel cuerpo que vos allí viestes era omne muerto et aquellos que estavan en deredor del que lloravan eran gentes quel amavan en quanto era vivo, et avían grant pesar porque era ya partido dellos et de allí adelante non se aprovechar[ían] dél. Et la rrazón por que vós tomastes enojo et commo espanto ende fue por[que] naturalmente toda cosa viva toma enojo et espanto de la muerte porque es su contrario et otrosí (de la muerte) porque es contrario de la vida.»