BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

___________________________________________________

 

 

 

[Capítulo XVIII]

 

El xviii° capítulo fabla en cómmo el rrey Morabán dixo a Turín que dizía muy bien, et entendía que lo dizía a buena entençión; pero en fecho de los consejeros quel diría lo que ende cuidava et aun lo que avía provado muchas vezes.

«Turín,» dixo el rrey, «vós dizides muy bien et entiendo que lo dezides a buena entençión. Pero en fecho de los consejeros dezirvos he lo que yo ende cuido, et aun lo que he provado muchas vezes: quando el sennor llama a su consejo tantos que pasan de dos o tres, por fuerça a de llamar a muchos [a] aquel consejo. Ca los omnes, tanbién en estados et en on{52a}ras commo en privanças, son llegados los unos a los otros. Et quando el sennor llama a quatro o çinco a su consejo, los que se tienen por eguales de alguno de aquellos tiénense por agraviados si non llaman a ellos. Et el sennor, por guardar esto, alos a llamar. Et los otros que non son llamados et se tienen por eguales de aquéllos, agrávianse ende. Et por fuerça abrán a seer llamados, o fincan despagados. Et muchas vezes me acaesçió que por guardar esto ove a llamar a mío consejo muchos omnes que sabía yo que non eran para me consejar en aquel fecho, et aun que era vergüenca de los llamar ý. Et demás que es çierto que deque los consejos viníen a tantos que non puede ser poridat. Et por ende tengo que entiendo consejo granado en que aya mester grant poridat, que nunca deve el sennor llamar a él sinon dos o tres a lo más. Ca lo que tres omnes de buen entendimiento non fallaren o acordaren, non lo fallarán por muchos que ý sean. Et demás que si la poridat se descubre es çierto que otro dellos lo descubrió. Et por ende an mayor talante de la guardar – lo que non avríen tanto si muchos fuesen en ello. Et aun quando muchos son en el consejo, dizen tantas cosas que abes se pueden entender, et aun a vozes non se oyen los unos a los otros. Et por todas estas rrazones et otras muchas tengo que para este consejo en que ha mester poridat que non cunple llamar ý muchos. Mas fablemos vos et yo et después, si viéremos que cunple o que se non puede escusar, llamaremos uno o dos a ello.»

«Sennor,» dixo Turín, «pues lo tenedes así por bien, si la vuestra merçed fuere, dezid lo que vos paresçe en este fecho. Ca en verdat vos digo que de una parte tanto rreçelo destas cosas que el infante di{52b}ze, et de otra parte [he] muy grant plazer por el buen entendimiento que en él beo.»

«Turín,» dixo el rrey, «bien así me conteçe a mí commo vós dezides. Et por ende quiero que departamos entre mí et vós qué vos semeja que fagamos en esto. Et mándovos que me digades lo que entendedes en ello.»

«Sennor,» dixo Turín, «si la vuestra merçed fuese, a mí pluguiera mucho, et aun tengo que sería rrazón que dixiésedes vós primero vuestra voluntat.»

«Turín,» dixo el rrey, «por dos rrazones en los consejos de pocos o de muchos deve el sennor oír ante lo que los otros dizen: la una es porque desque oyó a los otros, mejor entiende lo que cunple en aquel consejo; la otra es, si el sennor dize primeramente quál es su voluntad, por aventura los consejeros quererán ante seguir[la] et non se atreverán a dezir contra ello. Et así podría fincar el consejo errado. Por ende vos mando que digades vos primero vuestro entendimiento, ca ý se me finca a mí para dezir después lo que yo entendiere por mejor.»

«Sennor,» dixo Turín, «vós dezides rrazón. Et pues lo tenedes por bien, dezirvos he mi entendimiento. Sennor, ya vistes quánto yo fiz por sacar al infante de voluntad por que non oviese a fablar en aquellas rrazones; et él vençióme sienpre tan con rrazón que por fuerça le ove a dezir lo que él quería saber. Et después que fabló conbusco viestes que non pudiestes escusar que él non sopiese de vós toda la verdat. Et pues el pleito en esto está, segund el mío entendimiento, non cunple que fabledes con él ninguna maestría, [ca] entiéndela et por ende caye en dubda et en sospecha de lo quel dizen, et otra vez, quando le dizen verdat, non la creye. Et por ende al omne entendido non le deven sinon dezir verdat. Et por tanto me se{52c}meja que non avedes por qué fablar con él sinon verdaderamente. Et tengo que non avedes por qué vos reçelar, pues veedes que él vos dize que non es su entençión de dexar el mundo nin mudar su estado. Ca él entiende muy bien que [en] el estado que Dios le puso puede salvar muy bien su alma. Et lo que a mí paresçe que devíades fazer [es] que catásedes algún omne muy letrado et muy entendido, et [que] fuese omne de buena entençión et derechurero, et sin maliçia. Et que vos o otro por vuestro mandado fablase con aquel omne bueno et le contase esto en que sodes con el infante vuestro fijo. Et que guisase con él que diese a entender al infante cómmo es muy bueno para serviçio de Dios el estado de los enperadores et de los rreys, et cómmo en ninguno otro non puede mejor salvar las almas. Et aun, sennor, por non vos detener más vos diré lo que he pensado. Aquí en la tierra vuestra anda pedricando un omne que es de la ley de los christianos. Et paresçe muy buen omne et muy conplido para esto, et yo e con él muy grant amor et muy grant fazimiento. Et si viéredes que es bueno, yo iré por él et fazérvoslo he venir aquí, et pod[r]edes fablar con él en la manera que quisiéredes.»

Mucho plogo al rrey de todas las razones que Turín le dixo. Et por ende respondió en esta manera: «Turín, mucho me plaze de todo esto que me avedes dicho, et plazme que fagades que venga a mí ese omne bueno que dezides. Et desque comigo io fuere fablaremos entre mí et vós con él en tal manera que enformará al infante en aquello que cunple a mí et a él.»