BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

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[Capítulo XXXI]

 

El xxxi° capítulo dize de cómmo el infante dixo a Julio que bien avía parado mientes en las rrazones quel avía dichas et, segund le parescía, que él que quería que se tornase a la ley de los christianos.

 

«Julio,» dixo el infante, «bien he parado mientes en las rrazones que me avedes dicho. Et segund paresçe, vós querríades que tomase la ley de los christianos. Et bien vos digo que segund las rrazones que vós avedes dicho, que me paresçe que entre las otras leys que es ésta la mejor. Pero tengo que por dos rrazones non me devo a esto arebatar fasta que sea {57c} ende mas çierto: la una es que toda grande cosa que omne aya a fazer o a cometer, ante deve catar todos los contrarios que ý pueden acaecer: porque después que la començare, sil acaesçiere algún contrario, non ha por qué se arepentir, pues ende era aperçebido ante que lo acomençase. Et (a)si omne deve fazer esto en qualquier fecho granado, mucho más lo deve fazer en tomar ley; ca por la ley puede omne salvar o perder el alma, que es la más cara cosa que omne a; et aun el cuerpo puede ser onrado o sin grant onra. Et la otra es porque todas estas rrazones que me vós dezides son pruevas de omnes que dezides fueron sanctos et profetas; et commo quier que tengo que vós non diríedes sinon lo que cuidásedes que era verdat, pero bien podría ser que estos que dezides que fueron sanctos et profetas, que non escrivieron ellos todas las cosas que dizen que ellos dixieron, et por aventura que dizen que fueron sanctos et prophetas, et non [lo fueron]. Et si yo, por dicho de omnes, obiesse de aventurar una villa o un castillo o dineros o otra cosa que, si se perdiese, que pudiese poner omne cobro a ello, bien aventuraría yo atal cosa. Mas el alma, que se pierde o se gana por la ley, et si una vez se pierde nunca podría aver rremedio para se cobrar, bien devedes entender que non es cosa que omne deve aventurar por palabras que vós me digades que otros dixieron. Mas si vós queredes que yo que tome la ley de los christianos, mostradme rrazón manifiesta que entienda yo por mi entendimiento que es mejor ley que qualquier de las otras, et tomarla he.»