BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El segundo libro

 

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[Capítulo XXXVII]

 

El xxxvii° capítulo fabla en cómmo Julio dixo al infante la manera en que el papa podía mereçer o desmeresçer.

 

«Et çiertamente, sennor infante, en tantas maneras puede el papa desmeresçer, non obrando commo deve en partir estos çinco tesoros, que non a omne que todo vos lo pod(r)iese dezir. Pero lo que yo ende entiendo, dezírvoslo he en las menos palabras que yo pudiere.

Et començarvos he a fablar en el primer tesoro, que es el spiritual. Et por ende vos digo que, segund yo entiendo, que éste es el mayor et más noble tesoro que puede ser; ca este tesoro es de los vienes et graçias que Dios faze a los omnes en todo el fecho de Jhesu Christo, que fue et es verdadero Dios et verdadero omne, et en todos los sus meresçimientos et en los meresçimientos de sancta María et de todos los sanctos, et en todas las buenas obras que se fazen por todos los que son en paraíso, et en infierno [    ] que las non an menester.

Et devedes saber que todos los vienes que se fazen, tanbién de perdones que se ganan commo de sacrifiçios commo de oraçiones, et de todas las otras buenas obras que se suelen fazer, todas las fazen a entençión de aprovechar a las almas que están en purgatorio, por que por aquellas buenas obras salgan más aína de aquella pena en que están. Et esto es porque segund es desterminado por los sanctos et por los ductores de Sancta Eglesia por qualquier pecado mortal en que omne caya, devía estar muy grant tienpo en las penas de purgatorio. Et porque por aventura non podríe omne fazer en este mundo tan conplida penitençia por que del todo pudiese desfazer aquel pecado, por {117c} ende los conf essores con quien se confiesen danles aquella penitençia que entienden que pueden sofrir; et si se confiessan verdaderamente con dolor del coraçón por el pecado que fizo, et confessándolo por la voca en la manera que lo fizo, et faziendo la emienda que su confessor le mandare, es asuelto de la culpa del pecado. Mas finca aquella pena que meresçe [et] que lo que non pudo conplir por la penitençia que reçibió que lo purgue en las penas de purgatorio.

Et, sennor infante, devedes saber que entre las penas de purgatorio et las penas del infierno non ay otro departimiento sinon los que están en purgatorio son ya çiertos que desque ovieren purgado los pecados que fizieron, que irán a paraíso; et los que están en infierno, que nunca an de aver ninguna redenpçión. Et porque los que biven en este mundo non saben çierto do son las almas de los que finan, teniendo que son en purgatorio, fazen por ellos los bienes que pueden, et si son ý, ayúdanles a salir más aína de aquella pena. Mas si son en paraíso o en infierno non [lo] an mester, ca los que son en paraíso non pueden aver mayor bien de quanto an, et los que están en el infierno non les tiene ninguna cosa pro que por ellos fagan, ca en el infierno non ay ninguna redenpçión.

Et así todos los vienes que se fazen por esto son tesoro de Sancta Eglesia, et puédelo partir el papa. Pero algunos tienen que estos vienes que se fazen, si non cunple para aquellos que se faze que cunple a los más propincos de su linage que lo an mester, et que lo heredam así commo otra herençia; et si non ay de su linage quien lo aya mester, finca para el tesoro de Sancta Eglesia, et puédelo partir el papa.

Et porque vos {117d} he fablado en estos tesoros generalmente et aberbiada, quiérovos dezir algo – ca todo non se podría dezir – de quánto noble et quanto preçiado es el tesoro de lo que Dios fizo por (que) los omnes en el fecho de Jhesu Christo et de los [sus] meresçimientos. Sennor infante, vós sabedes que ya desuso es dicho en este libro que Dios fizo mucho por los omnes. Pero porque los buenos fechos es mejor de los dezir omne muchas vezes que de llos callar, por ende vos lo quiero aquí dezir otra vez, ca la razón lo trae que non se deve aquí escusar.

Ya desuso es dicho et provado que Dios crió et es criador del mundo et aun de todas las otras cosas. Et todo lo fizo quando quiso et commo quiso, et non puso ý al sinon lo que quiso, et así commo lo quiso que así fue fecho. Pues si todo lo fizo et [non] le costó más de lo querer, bien entendedes vós que, [si] quisiera, menos le costara de redemir et perdonar el pecado del primer omne. Mas por lo que fazen nos con rrazón et a los pecadores mayor merçet et otrosí mayor encargo, quísolo Él todo fazer con rrazón et con justiçia; et por ende quiso enviar el su Fijo que fues Dios et omne: [Dios], por que fiziese a Dios emienda por el pecado que Adám fizo contra Él, et (el) omne, que muriese por redemir los omnes. Pues esto non pudo seer a menos de desçender Dios tanto commo a del çielo a la tierra et estar ençerrado en el vientre de sancta María nuebe meses, et nasçer délla et seer ninno et pasar et sofrir todas las passiones et menguas – sin pecado – que los omnes naturalmente an, commo omne verdadero; et andar foído por miedo commo omne, et después seer vateado et predicar, et después ordenar los sacramentos, et seer preso et tormentado et {118a} cruçificado et la su sangre esparzida; et después resucitó et subió a los çielos, et envió el Spíritu Sancto sobre los apóstoles.

[Et] todas estas cosas fizo Dios por redemir los pecadores. Pues parad mientes si Él, que todas las cosas fizo de nada, et quiso que le costase tanto et le costó el redi[mi]miento de los pecadores, si pueden ligeramente ser redemidos. Ca non digo todas las dichas cosas que Dios por los dichos omnes fizo, nin aun la passion, nin aun una gota de la su sangre, mas un punto sólo de la su voluntad, podría et fazer et desfazer mili vezes mili mundos.

Pues todos estos dichos [bienes] que Dios a los omnes fizo por los redemir, todo es tesoro de la Eglesia. Et este tesoro tan noble et tan preçiado es en poder del papa para lo partir con los pecadores. Et otrosí los meresçimientos de sancta María et de todos los sanctos et las buenas obras que todos fazen, commo es dicho, todo es tesoro de la Eglesia. Et este poder otorgó Nuestro Sennor Jhesu Christo a sant Pedro, quandol fizo su vicario et le dixo que todo lo que él soltase en la tiera sería asuelto en los çielos. Et tienen los sanctos et ductores que sinon por estos meresçimientos, que en otra guisa que sería muy grave de aver omne perdón de los pecados. Pues este tan noble tesoro, que es en poder del papa, [si] non lo parte bien o da perdones o non se deven dar o a quien non lo meresçe, vós parad mientes si con rrazón et con justiçia deve mucho desmeresçer.»