BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Lope de Vega

1562 - 1635

 

Arte nuevo

 

1609

 

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Arte nuevo de hacer comedias

Dirigido a la Academia de Madrid.

(1609)

 

Mándanme, ingenios nobles, flor de España,

(que en esta junta y academia insigne

en breve tiempo excederéis no sólo

a las de Italia, que, envidiando a Grecia,

5

ilustró Cicerón del mismo nombre,

junto al Averno lago, sino a Atenas,

adonde en su platónico Liceo,

se vio tan alta junta de filósofos)

que un arte de comedias os escriba,

10

que al estilo del vulgo se reciba.

 

Fácil parece este sujeto, y fácil

fuera para cualquiera de vosotros,

que ha escrito menos dellas, y más sabe

del arte de escribirlas, y de todo:

15

que lo que a mí me daña en esta parte

es haberlas escrito sin el arte.

 

No porque yo ignorase los preceptos,

gracias a Dios, que ya, tirón gramático,

pasé los libros que trataban desto

20

antes que hubiese visto al sol diez veces

discurrir desde el Aries a los Peces.

 

Mas porque, en fin, hallé que las comedias

estaban en España en aquel tiempo

no como sus primeros inventores

25

pensaron que en el mundo se escribieran,

mas como las trataron muchos bárbaros

que enseñaron el vulgo a sus rudezas;

y así se introdujeron de tal modo,

que quien con arte agora las escribe

30

muere sin fama y galardón;, que puede,

entre los que carecen de su lumbre,

más que razón y fuerza, la costumbre.

 

Verdad es que yo he escrito algunas veces

siguiendo el arte que conocen pocos;

35

mas luego que salir por otra parte

veo los monstruos de apariencias llenos,

adonde acude el vulgo y las mujeres

que este triste ejercicio canonizan,

a aquel hábito bárbaro me vuelvo;

40

y cuando he de escribir una comedia,

encierro los preceptos con seis llaves;

saco a Terencio y Plauto de mi estudio,

para que no me den voces (que suele

dar gritos la verdad en libros mudos),

45

y escribo por el arte que inventaron

los que el vulgar aplauso pretendieron;

porque, como las paga el vulgo, es justo

hablarle en necio para darle gusto.

 

Ya tiene la comedia verdadera

50

su fin propuesto, como todo género

de poema o poesis, y éste ha sido

imitar las acciones de los hombres

y pintar de aquel siglo las costumbres.

También cualquiera imitación poética

55

se hace de tres cosas, que son plática,

verso dulce, armonía, o sea la música,

que en esto fué común con la tragedia;

sólo diferenciándola en que trata

las acciones humildes y plebeyas,

60

y la tragedia las rëales y altas;

mirad si hay en las nuestras pocas faltas.

 

Acto fueron llamadas, porque imitan

las vulgares acciones y negocios.

Lope de Rueda fué en España ejemplo

65

destos preceptos, y hoy se veen impresas

sus comedias de prosa tan vulgares,

que introduce mecánicos oficios

y el amor de una hija de un herrero;

de donde se ha quedado la costumbre

70

de llamar entremeses las comedias

antiguas, donde está en su fuerza el arte,

siendo una acción y entre plebeya gente,

porque entremés de rey jamás se ha visto.

Y aquí se vee que el arte por bajeza

75

de estilo vino a estar en tal desprecio,

y el rey en la comedia para el necio.

 

Aristóteles pinta en su Poética

(puesto que escuramente su principio)

la contienda de Atenas y Megara

80

sobre cuál dellos fué inventor primero;

los megarenses dicen que Epicarmo,

aunque Atenas quisiera que Magnetes.

Elio Donato dice que tuvieron

principio en los antiguos sacrificios.

85

Da por autor de la tragedia [a] Tespis,

siguiendo a Horacio, que lo mismo afirma,

como de las comedias a Aristófanes.

Homero, a imitación de la comedia,

la Odiséa compuso, mas la Ilíada

90

de la tragedia fué famoso ejemplo,

a cuya imitación llamé epopeya

a mi Jerusalén, y añadí trágica;

y así a su infierno, purgatorio y cielo,

del célebre poeta Dante Alígero

95

llaman comedia todos comúnmente,

y el Maneti en su prólogo lo siente.

 

Ya todos saben qué silencio tuvo

por sospechosa un tiempo la comedia,

y que de allí nació también la sátira,

100

que siendo más cruel cesó más presto,

y dio licencia a la comedia nueva.

Los coros fueron los primeros; luego

de las figuras se introdujo el número;

pero Menandro, a quien siguió Terencio,

105

por enfadosos despreció los coros;

Terencio fue más visto en los preceptos,

pues que jamás alzó el estilo cómico

a la grandeza trágica, que tantos

reprehendieron por vicioso en Plauto,

110

porque en esto Terencio fue más cauto.

 

Por argumento la tragedia tiene

la historia, y la comedia el fingimiento;

por eso fue llamada planipedia,

del argumento humilde, pues la hacía

115

sin coturno y teatro el recitante.

Hubo comedias palïatas, mimos,

togatas, atelanas, tabernarias,

que también eran, como agora, varias.

 

Con ática elegancia los de Atenas

120

reprehendían vicios y costumbres

con las comedias, y a los dos autores

del verso y de la acción daban sus premios.

Por eso Tulio las llamaba espejo

de las costumbres y una viva imagen

125

de la verdad, altísimo atributo,

en que corre parejas con la historia.

Mirad si es digna de corona y gloria.

 

Pero ya me parece estáis diciendo

que es traducir los libros y cansaros

130

pintaros esta máquina confusa.

Creed que ha sido fuerza que os trujese

a la memoria algunas cosas destas,

porque veáis que me pedís que escriba

arte de hacer comedias en España,

135

donde cuando se escribe es contra el arte;

y que decir cómo serán agora

contra el antiguo, y que en razón se funda,

es pedir parecer a mi experiencia,

no al arte, porque el arte verdad dice,

140

que el ignorante vulgo contradice.

 

Si pedís arte, yo os suplico, ingenios,

que leáis al doctísimo utinense

Robortelio, y veréis, sobre Aristóteles,

(y aparte en lo que escribe de comedia,

145

cuanto por muchos libros hay difuso),

que todo lo que agora está confuso.

 

Si pedís parecer de los que agora

están en posesión, y que es forzoso

que el vulgo con sus leyes establezca

150

la vil quimera deste monstruo cómico,

diré el que tengo, y perdonad, pues debo

obedecer a quien mandarme puede,

que, dorando el error del vulgo, quiero

deciros de qué modo las querría,

155

ya que seguir el arte no hay remedio,

en estos dos extremos dando un medio.

 

Elíjase el sujeto, y no se mire,

(perdonen los preceptos) si es de reyes,

aunque por esto entiendo que el prudente

160

Filipo, rey de España y señor nuestro,

en viendo un rey en ellos se enfadaba:

o fuese el ver que al arte contradice,

o que la autoridad real no debe

andar fingida entre la humilde plebe.

 

165

Esto es volver a la comedia antigua,

donde vemos que Plauto puso dioses,

como en su Anfitrïón lo muestra Júpiter.

Sabe Dios que me pesa de aprobarlo,

porque Plutarco, hablando de Menandro,

170

no siente bien de la comedia antigua.

Mas pues del arte vamos tan remotos,

y en España le hacemos mil agravios,

cierren los doctos esta vez los labios.

 

Lo trágico y lo cómico mezclado,

175

y Terencio con Séneca, aunque sea

como otro minotauro de Pasife,

harán grave una parte, otra ridícula;

que aquesta variedad deleita mucho.

Buen ejemplo nos da Naturaleza,

180

que por tal variedad tiene belleza.

 

Adviértase que sólo este sujeto

tenga una acción, mirando que la fábula

de ninguna manera sea episódica;

quiero decir, inserta de otras cosas

185

que del primero intento se desvíen;

ni que della se pueda quitar miembro

que del contexto no derribe el todo.

No hay que advertir que pase en el período

de un sol, aunque es consejo de Aristóteles,

190

porque ya le perdimos el respeto

cuando mezclamos la sentencia trágica

a la humildad de la bajeza cómica.

Pase en el menos tiempo que ser pueda,

si no es cuando el poeta escriba historia

195

en que hayan de pasar algunos años,

que éstos podrá poner en las distancias

de los dos actos, o si fuere fuerza

hacer algún camino una figura,

cosa que tanto ofende a quien lo entiende;

200

pero no vaya a verlas quien se ofende.

 

¡Oh, cuántos deste tiempo se hacen cruces

de ver que han de pasar años en cosa

que un día artificial tuvo de término;

que aun no quisieron darle el matemático!

205

Porque considerando que la cólera

de un español sentado no se templa

si no le representan en dos horas

hasta el final Jüicio desde el Génesis,

yo hallo que si allí se ha de dar gusto,

210

con lo que se consigue es lo más justo.

 

El sujeto elegido escriba en prosa,

y en tres actos de tiempo le reparta,

procurando, si puede, en cada uno

no interrumpir el término del día.

215

El capitán Virués, insigne ingenio,

puso en tres actos la comedia, que antes

andaba en cuatro, como pies de niño,

que eran entonces niñas las comedias;

y yo las escribí, de once y doce años,

220

de a cuatro actos y de a cuatro pliegos,

porque cada acto un pliego contenía;

y era que entonces en las tres distancias

se hacían tres pequeños entremeses,

y agora apenas uno, y luego un baile,

225

aunque el baile lo es tanto en la comedia,

que le aprueba Aristóteles, y tratan

Ateneo, Platón y Jenofonte,

puesto que reprehende el deshonesto;

y por esto se enfada de Calípides,

230

con que parece imita el coro antiguo.

Dividido en dos partes el asunto,

ponga la conexión desde el principio,

hasta que vaya declinando el paso;

pero la solución no la permita

235

hasta que llegue a la postrera scena;

porque en sabiendo el vulgo el fin que tiene,

vuelve el rostro a la puerta, y las espaldas

al que esperó tres horas cara a cara:

que no hay más que saber que en lo que para.

 

240

Quede muy pocas veces el teatro

sin persona que hable, porque el vulgo

en aquellas distancias se inquïeta

y gran rato la fábula se alarga;

que, fuera de ser esto un grande vicio,

245

aumenta mayor gracia y artificio.

 

Comience, pues, y con lenguaje casto

no gaste pensamientos ni conceptos

en las cosas domésticas, que sólo

ha de imitar de dos o tres la plática.

250

Mas cuando la persona que introduce

persüade, aconseja o disüade,

allí ha de haber sentencias y conceptos,

porque se imita la verdad sin duda,

pues habla un hombre en diferente estilo

255

del que tiene vulgar, cuando aconseja,

persüade o aparta alguna cosa.

Dionos ejemplo Arístides retórico,

porque quiere que el cómico lenguaje

sea puro, claro, fácil, y aún añade

260

que se tome del uso de la gente,

haciendo diferencia al que es político;

porque serán entonces las dicciones

espléndidas, sonoras y adornadas.

No traya la escritura, ni el lenguaje

265

ofenda con vocablos exquisitos,

porque si ha de imitar a los que hablan,

no ha de ser por Pancayas, por Metauros,

hipogrifos, semones y centauros.

 

Si hablare el rey, imite cuanto pueda

270

la gravedad real; si el viejo hablare,

procure una modestia sentenciosa;

describa los amantes con afectos

que muevan con extremo a quien escucha;

los soliloquios pinte de manera

275

que se transforme todo el recitante,

y con mudarse a sí mude al oyente.

Pregúntese y respóndase a sí mismo;

y si formare quejas, siempre guarde

el debido decoro a las mujeres.

280

Las damas no desdigan de su nombre;

y si mudaren traje, sea de modo

que pueda perdonarse, porque suele

el disfraz varonil agradar mucho.

Guárdense [de] imposibles, porque es máxima

285

que sólo ha de imitar lo verisímil.

El lacayo no trate cosas altas,

ni diga los conceptos que hemos visto

en algunas comedias extranjeras.

Y de ninguna suerte la figura

290

se contradiga en lo que tiene dicho;

quiero decir, se olvide, como en Sófocles

se reprehende no acordarse Edipo

del haber muerto por su mano a Layo.

Remátense las scenas con sentencia,

295

con donaire, con versos elegantes,

de suerte que al entrarse el que recita,

no deje con disgusto el auditorio.

En el acto primero ponga el caso,

en el segundo enlace los sucesos,

300

de suerte que hasta el medio del tercero

apenas juzgue nadie en lo que para.

Engañe siempre el gusto, y donde vea

que se deja entender alguna cosa

de muy lejos de aquello que promete.

305

Acomode los versos con prudencia

a los sujetos de que va tratando.

Las décimas son buenas para quejas;

el soneto está bien en los que aguardan;

las relaciones piden los romances,

310

aunque en octavas lucen por extremo.

Son los tercetos para cosas graves,

y para las de amor, las redondillas.

Las figuras retóricas importan,

como repetición o anadiplosis;

315

y en el principio de los mismos versos

aquellas relaciones de la anáfora,

las ironías y adubitaciones,

apóstrofes también y exclamaciones.

 

El engañar con la verdad es cosa

320

que ha parecido bien, como lo usaba

en todas sus comedias Miguel Sánchez,

digno por la invención desta memoria.

Siempre el hablar equívoco ha tenido

y aquella incertidumbre anfibológica

325

gran lugar en el vulgo, porque piensa

que él solo entiende lo que el otro dice.

Los casos de la honra son mejores,

porque mueven con fuerza a toda gente,

con ellos las acciones virtuosas:

330

que la virtud es dondequiera amada;

pues [que] vemos, si acaso un recitante

hace un traidor, es tan odioso a todos,

que lo que va a comprar no se lo venden,

y huye el vulgo dél cuando le encuentra;

335

y si es leal, le prestan y convidan,

y hasta los principales le honran y aman,

le buscan, le regalan y le aclaman.

 

Tenga cada acto cuatro pliegos solos,

que doce están medidos con el tiempo,

340

y la paciencia del que está escuchando;

en la parte satírica no sea

claro ni descubierto, pues que sabe

que por ley se vedaron las comedias

por esta causa en Grecia y en Italia;

345

pique sin odio, que si acaso infama,

ni espere aplauso ni pretenda fama.

Éstos podéis tener por aforismos

los que del arte no tratáis antiguo,

que no da más lugar agora el tiempo,

350

pues lo que les compete a los tres géneros

del aparato que Vitruvio dice,

toca al autor, como Valerio Máximo,

Pedro Crinito, Horacio en sus Epístolas,

y otros los pintan con sus lienzos y árboles,

355

cabañas, casas y fingidos mármoles.

 

Los trajes nos dijera Julio Pólux,

si fuera necesario, que en España

es de las cosas bárbaras que tiene

la comedia presente recibidas

360

sacar un turco un cuello de cristiano,

y calzas atacadas un romano.

 

Mas ninguno de todos llamar puedo

más bárbaro que yo, pues contra el arte

me atrevo a dar preceptos, y me dejo

365

llevar de la vulgar corriente, adonde

me llamen ignorante Italia y Francia.

Pero ¿qué puedo hacer, si tengo escritas,

con una que he acabado esta semana,

cuatrocientas y ochenta y tres comedias?

370

Porque, fuera de seis, las demás todas

pecaron contra el arte gravemente.

Sustento, en fin, lo que escribí, y conozco

que aunque fueran mejor, de otra manera

no tuvieran el gusto que han tenido,

375

porque a veces lo que es contra lo justo

por la misma razón deleita el gusto.

 

Humana cur sit speculum comedia vitae,

quaeve ferat juveni commoda, quaeve seni;

quid praeter lepidosque sales, ex cultaque verba,

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et genus eloquit purius inde petas;

quae gravia in mediis ocurrant lusibus, et quae

jucundis, passim seria mixta jocis;

quam sint fallaces servi, [et] quam improba semper

fraudeque et omnigenis fæmina plena dolis;

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quam miser infelix stultus, et ineptus amator,

quam vix succedant, quae bene coepta putes.

 

Oye atento, y del arte no disputes;

que en la comedia se hallará de modo,

que oyéndola se pueda saber todo.