BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Gustavo Adolfo Bécquer

1836 - 1870

 

La ventá encantada

 

Acto primero

 

______________________________________________________________

 

 

 

Escena IX.

 

Los mismos, Dorotea, Cardenio y el cura, que se queda hácia el fondo. Dorotea entra montada en una mula, y ricamente vestida en su traje de mujer. Cardenio arreglado el cabello, despojado de la barba y vestido con un traje del Barbero, trae la mula del palafren, y ayuda á Dorotea á bajar, llevándola despues la cola del vestido.

 

Coro.

Ved esa dama que se adelanta;

bello es su rostro, breve su planta.

¡Oh! ¿quién será?

Brocados viste de grande estima;

pero miradla, ya se aproxima,

aqui está ya.

Dor.

(Desciende de la mula y comienza con tono enfático y pomposo.)

Glorioso, ilustre é ínclito

amparo de los débiles,

á quien la fama póstuma

abrumará de hipérboles.

Quij.

(Confundido y ruborizado.)

Señora...

Dor.

(Prosigue sin hacerle caso.)

¡Excelso!

Quij.

Basta.

Dor.

¡Valiente!

Quij.

Basta ya.

DOR.

¡Heróico!...

Quij.

Señora...

Dor.

¡Sublime!... (Hincando una rodilla.)

Quij.

(Corriendo á levantarla.)

Por piedad,

que vais á confundirme;

del suelo levantad.

Dor.

(Permanece de rodillas.)

Del suelo la rodilla

jamás levantaré,

señor, si lo que os pido

cumplir no prometeis.

Quij.

Pedid, noble señora.

Dor.

Un don tan solo es.

Quij.

Pedid, que mis ofertas

fielmente cumpliré,

si no es contra mi fama,

en mengua de mi rey,

ó indigno de la hermosa

que es dueña de mi fé.

Dor.

Tan solo es que á mis reinos

vengais para vencer

á un giganton tamaño,

á un monstruo, á un Lucifer,

que usurpa mi corona.

Decid... ¿lo jurareis?

Quij.

(Con solemnidad.)

Lo juro.

Dor.

¡Oh Dios! dejadme

que bese vuestros pies.

(Hace ademan de querérselos besar y D. Quijote se apresura á levantarla.)

 

 

Á un tiempo.

 

Coro, Dor., Card. y Barb.

El que se libre

por esta vez

de ir á la aldea

no puede ser.

Ya á sus locuras

no hay que temer,

pues el incauto

cayó en la red.

Quij.

Pronto al gigante

fin le daré.

Nueva aventura

voy á correr.

Y pues la hazaña

digna es de un rey,

á mi señora

la ofreceré.

Sancho.

Ya tengo ínsula,

ya la atrapé:

solos, de gusto,

bailan mis pies.

¡Oh, qué alegria!

¡Oh, qué placer!

Ya tengo ínsula,

ya la atrapé.

 

――――

 

Quij.

La lanza, el fuerte escudo

y el yelmo dáme, Sancho;

(Sancho dá á su señor la bacia, la lanza, etc.)

acerca á Rocinante,

ensíllame á ese rayo,

(Sancho trae á Rocinante al proscenio.)

partir quiero ahora mismo

al campo del honor.

(D. Quijote monta á caballo, embraza la adarga y desnuda el acero.)

Temblad, tiranos; temblad, felones;

ya la tizona se desnudó,

que á los malsines y á los follones

de una á otra zona causa pavor.

(Dorotea habrá subido durante estos últimos versos á la mula, y cuando D. Quijote concluye se pone en marcha la comitiva.)

Coro.

Ya á sus locuras

no hay que temer,

pues el incauto

cayó en la red.

 

Fin del acto primero.