BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Gustavo Adolfo Bécquer

1836 - 1870

 

La ventá encantada

 

Acto segundo

 

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Escena X.

 

Los mismos, Dorotea, el cura, el barbero, el ventero, maritornes, coro de Cuadrilleros, caminantes y mozos de la venta.

 

Un Cuad.

¡Tened!

Fern.

¡La Santa Hermandad!

Cuad.

Daos, preso.

Fern.

¡Preso yo!

Caballeros, las espadas (Á sus compañeros.)

sacad y nuestro valor

abrirá paso.

(D. Fernando y los suyos se disponen á acometer.)

Cuad.

¡Muchachos!

¡firmes!

(Los Cuadrilleros se preparan á la lucha.)

Cura.

(Arrojándose entre unos y otros y con solemnidad.)

En nombre del Dios

cuyo ministerio ejerzo,

contened vuestro furor. (Todos se detienen.)

¿Por qué causa vuestra sangre

vais á derramar?

Fern.

Mi honor

y mi esposa me robaron:

que los recobre es razon.

Dor.

(Reconociéndole.)

¡Es él... Fernando!

Card.

¡Tu esposa!

jamás lo ha sido, impostor:

un rapto vil la ha hecho tuya,

porque su esposo soy yo.

Fern.

¡Repito que es mia!

Card.

¡Es mia!

Cura.

(Dirigiéndose á Lucinda.)

Señora, tan solo vos

podreis decirnos cuál es

vuestro esposo, de los dos.

Fern.

Ella mentirá.

Card.

Silencio.

Luc.

Juro en presencia de Dios,

que este es el único dueño

de mi mano y de mi amor.

(Señala á Cárdenlo.)

Card.

¿Lo veis?

Cura.

¿Qué decís?

(Á D. Fernando.)

Fern.

Que miente.

Card.

Tu labio es el que mintió.

Tú no puedes ser su esposo,

porque no eres libre, no.

Ante el cielo le jurastes

á otra mujer tu pasion,

y á trueque del juramento

le robastes el honor.

Si tú ya lo has olvidado,

el cielo no lo olvidó,

y esta que yes es tu esposa.

(Presentándole á Dorotea.)

¿La conoces, seductor?

(Dorotea se arroja á los pies de D. Fernando, que está en mitad de la escena, este se sorprende y la rechaza, y viéndose perdido parece que vacila sobre el medio de escapar. Cardenio y Lucinda estan á la izquierda. El Cura y el Barbero á la derecha, el coro, el Ventero, etc., repartidos por el fondo.)