BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Gustavo Adolfo Bécquer

1836 - 1870

 

La ventá encantada

 

Acto tercero

 

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Escena II.

 

Sancho, cura y barbero.

 

Sancho.

Si charlo soy hombre muerto...

Tomo mi partido y callo,

que á quien calla no le ahorcan,

y al buen callar llaman Sancho.

Esto se ha dicho por mí.

Cura.

¡Hola! (Tocándole en el hombro.)

Sancho.

¡Otra vez!... ¡Cielo santo!

(Retrocediendo.)

Cura.

¿Qué haceis aqui, Sancho amigo?

Sancho.

¡Ah! Es el Cura... (Malo, malo...

Me harán hablar...) Yo... pues... nada...

(Está decidido, no hablo.)

Cura.

Vaya, Sancho, ¿tienes miedo?

Sancho.

¿Cómo miedo? Ni pensarlo.

Barb.

Si temblais...

Sancho.

Bien puede ser,

no diré yo lo contrario,

que hace un frio del diantre...

Cura.

¿Y don Quijote?

Sancho.

Rondando.

Cura.

¿Y cómo vos, su escudero,

le abandonais? Es extraño...

Sancho.

No es sino puesto en razon:

yo el honor de nadie guardo,

y no se ha hecho la miel

para la boca del asno.

Barb.

Mas ¿cómo os dejó venir?

Sancho.

No costó poco trabajo.

Barb.

¿Y aun está?...

Sancho.

Tras esas bardas

sereno y frio, papando

á lomos de Rocinante

y armado de punta en blanco.

Cura.

Id por él, que convencerle

prometemos.

Sancho.

Es el caso

que...

Barb.

¿Teneis miedo?

Sancho.

Señores,

de casta le viene al galgo...

Mi padre no fué valiente...

Cura.

Id, Panza, que aqui quedamos,

y está cerca don Quijote.

Sancho.

(Pues que no hay excusa, Sancho,

haz de tripas corazon.)