BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

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[Capítulo XIX]

 

El xviiii° capítulo fabla en có[mmo] Turín se partió del rrey Morabán et fue buscar a Julio, el omne bueno que andava pedricando por la tierra.

 

Turín se partió del rrey et fue buscar a Julio, el omne bueno que {52d} andava pedricando por la tierra. Ca commo quier que avía con él grant afaçimiento, non sabíe çierto do lo podríe fallar, porque Julio non estava sienpre en un lugar; ante andava por las tierras do entendía que podría fazer más serviçio a Dios, et por tornar las gentes a la su ley et a la crençia [de los christianos].

Tanto andudo Turín buscando a Julio fasta que lo falló. Et desque fue con él díxol en cómmo el rrey le enviara a él a le rrogar et mandar que fuese a él por cosas que teníen de fablar con él. Quando Julio oyó el mandado del rrey et lo que su amigo le dezía, non tovo por rrazón de se detener más; ante se fue luego con Turín para el rrey. Ca tovo que commo quiera que el rrey non era christiano que con todo eso, pues Dios en estado de rrey le pusiera, que tenido era del fazer onra et rreverençia en tanto que non fuese contra la ley et la creençia de los christianos que él tenía.

Quando fue antel rrey, díxol: «Sennor rrey Morabán, Turín me dixo de vuestra parte que me rrogávades et me mandábades que viniese a vós. Et por[que] el vuestro ruego me es a mí mandamiento, yo conplí vuestro mandado. Ca Jhesu Christo, que es verdadero Dios et verdadero omne, fue nuestro maestro et nos dio ensennamiento en cómmo visquiésemos. Él nos mandó que por todas las tierras do fuésemos, enrasemos [et] obedeçiéssemos a los rreys et a los grandes sennores, et que pedricásemos ante ellos sin miedo la palabra de Dios, et sin vergüenca el su evangelio, que es palabra et consejo verdadero para salvamiento de las almas. Et mandó en su ley que ningún omne de otra ley non fuese engannado nin apremiado por fuerça para la crer. Ca los serviçios apremiados o forçados non plaze[n] a Dios. Et nós los christianos somos tenidos de morir por la fe et por la crençia de la ley que Jhesu Christo nos dio. Et los que son letrados dévenla pedricar, et fazer quanto pudieren por la acresçentar di{53a}ziendo verdat sin premia et sin enganno. Et por esta rrazón ando yo pedricando por la tierra. Et pues só aquí ante vós, non puedo escusar de vos dezir algo de mi fazienda.»