BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

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[Capítulo XXII]

 

El xxii° capítulo fabla de cómmo el rrey Morabán avía a dar rrespuesta al infante Joas su fijo de las cosas que preguntara.

 

Et quando el terçer día que el rrey Morabán avía a dar repuesta al infante Joas su fijo de las cosas quel preguntara, fue llegado, vino el infante al rrey, et pidiól merçed quel cunpliese lo quel prometiera.

«Fijo infante,» dixo el rrey, «vós me pidiestes dos cosas: la una, que quisiese catarvos un omne que vos pudiese dar mejor consejo cómmo pudiésedes guardar el alma; la otra, que fiziese merçed a Turín por la criança que fizo en vós et por la lazería que levó en vuestro serviçio. Para vos rresponder retove acuerdo fasta terçer día. Et agora aquestas cosas vos respondo: que por conplir vuestra voluntad avemos trabajado asaz, yo que só vuestro padre et Turín que vos crió; et fallamos un omne bueno muy entendido, que es çierto que vos dará rrecabdo a lo que vós queredes saber. Et rruégovos et conséjovos quel creades de lo que vos dixiere. Et a lo que pidiestes en rrazón de Turín, vos digo que lo uno por las muchas rrazones que yo he del fazer bien, et lo ál por el vuestro rruego et porque vos lo prometí, quiero que seades bien çierto que yo le faré tanto bien que él et los que bien le quieren tomen ende plazer, et los que non le amaren tomen ende enbidia. Et pues esto finca commo cunple, libremos lo ál que avernos de fazer.»

Entonçe fizo venir a Julio, et mostról el infante et dí{53d }xol así: «Fijo infante, éste es el omne bueno de que vos yo fablé; et él es christiano et muy letrado et de muy buen entendimiento. Et él vos dará recabdo a todo lo que queredes saber, mejor que s ninguno otro omne de quantos son en la tierra. Et ruégovos et mándovos quel creades. Et catad un lugar do estedes en uno qual quisiéredes, fasta que vos aya dado el recabdo de lo que queredes saber.»

«Sennor», dixo el infante, «yo gradesco mucho a Dios et a vós esto que por mí avedes fecho, et avría muy grant plazer si pudiésedes estar vós do nós estaremos, fasta que yo aya sabido deste omne bueno lo que yo quiero saber. Mas porque he reçelo que sería muy grant mengua para el rreino si vós et yo et Turín estudiésemos apartados en guisa que non pudiesen aver recabdo et consejo las gentes de las cosas que acaesçiesen de cadaldía por el rreino. Et por ende, si la vuestra merçet fuere, mandat a Turín, que tengo yo por padre en lugar de vós, que se non parta de mí, ca muy mejor departiremos todos tres en uno et fallaremos toda la verdat. Et mandat que nos den una posada muy buena en el vuestro alcáçar, do non nos fagan ningún enbargo en quanto ý oviéremos a morar.»

Al rrey plogo mucho de quanto el infante le dizía, et mandólo fazer todo así commo el infante quería.

Después que le infante et Julio et Turín fueron en uno apartados, començó el infante su rrazón en esta guisa: «Julio et Turín, vós sodés dos omnes en que yo devo mucho fiar. Ca vós, Turín, me criastes; a vós, Julio, me acomendó el rrey mi padre. Por ende vos ruego que cada uno de vós en [lo] que vos pertenesçe me consegedes lo mejor que entendedes.» Et cada uno dellos le dixi{54a }eron que farían todo su poder muy de grado.

Mas Turín le dixo que esto que quería saber, que a Julio dévia preguntar. Después que estas rrazones fueron pasadas començó el infante a fablar con Julio en esta guisa: «Julio, bien sabedes que una de las cosas [por] que omne puede llamar padre a otro que non lo engendró es [porque es] aquel de quien a de (de) aprender. Et por [ende] en quanto aquí estudiéremos, tengo que con írazón vos puedo preguntar commo a padre. Por ende vos ruego que, pues vós sabedes que la más cara cosa que (en) el omne a en sí es el alma, que me mostredes en quál estado o en quál manera yo pueda mejor salvar el alma.»