BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

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[Capítulo XXIII]

 

El xxiii° capítulo fabla en cómmo Julio dixo al infante Joas que era muy tenudo de fazer lo quel rrogava.

 

«Sennor infante,» dixo Julio, «yo só muy tenudo de fazer esto que me vós rogades: lo primero que segund la nuestra ley de los christianos la cosa de [que] nós mayor cuidado devenios aver es de las almas et por esto vos devo consejar lo mejor que yo entendiere. Otrosí lo devo fazer porque el rrey vuestro padre me lo encomendó muy caramente. Et sennaladamente lo devo fazer por en quán buena manera vós me lo rogades.

Et por ende vos digo que la primera cosa que yo entiendo que vós devedes fazer para salvar el alma et ponerla en buen estado es que ayades ley en que creades. Ca así commo ninguna buena obra non se puede fazer sin ser el cimiento bien firme, así ninguna alma non se puede salvar si non fuere en ley de salvaçión.»

«Padre et maestro,» dixo el infante, «bien me paresçe que el omne que bive sin ley que tanbién el alma commo el cuerpo trae muy errado. Et yo tengo que el rrey mío padre et yo que en ley estávamos et {54b} ley avernos, et yo non sé qué otra ley ay en el mundo. Pero si vós savedes qué otras leys ay entre las gentes, mostrádmelas. Et cataremos quál es la ley en que mejor puedo salvar el alma, et tomarla he muy de grado.»

«Sennor infante,» dixo Julio, «vós non sodes aún muy culpado en esto que dezides, por rrazón de la vuestra mançebía. Mas el rrey vuestro padre, et Turín que vos crió, que está aquí delante, non se podrían salvar de culpa por no[n] dar a vós a entender cómmo non vevides en ley. Et aún son muy más culpados por[que] ellos non biven en ley ca Turín, que está aquí, sabe muy bien que el rrey et él et todos los que [en] esta tierra biven non an ninguna ley nin crençia çierta; ante tienen et crent en un tienpo et en una, et en otro tienpo en otra. Et aun el padre et la madre et los fijos que biven todos en una casa, en muchos acaesçe que non an todos una ley; ante cren los unos en una et los otros en otra. Et así todas las gentes desta tierra non bevides en estado de salvaçión. Et pues non avedes ley nin crençia çierta et por ende ando yo en esta tierra muy grant tienpo ha, pedricando a las gentes la fe et la crençia de Jhesu Christo, que fue verdadero Dios et verdadero omne. Et loado sea Él por ello, que son muchos convertidos a la su sancta fe et creençia. Et plázeme mucho porque está aquí Turín delante, que vos puede dezir si es verdat todo esto que vos digo.»

Quando el infante estas rrazones oyó fue muy marabillado, et començó a fablar con Turín en esta manera: «Turín, vos me criastes fasta agora, et sabedes muy bien que destas rrazones nunca me dixiestes cosa del mundo. Por ende vos mando que me digades si es verdat que el rrey mío padre, et yo et vos {54c} et los otros que biven en esta tierra, bevimos sin ley çierta, et cada uno toma qualquier ley que quiere; et otrosí si es verdat que este omne bueno Julio pedrica aquella ley que él dize et a convertido algunas gentes a ella.»