BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Lope de Vega

1562 - 1635

 

Los melindres de Belisa

 

Comedia (1606/08)

 

______________________________________________________________

 

 

 

Acto segund[o].

 

Salen Belisa y Flora.

 

Flora:

|| ¿En qué tiene de parar

tanta tristeza y disgusto?

Belisa:

Ya, Flora, todo mi gusto

se ha conuertido en llorar.

5

|| Ya mis melindres cessaron,

ya mi arrogancia paró,

el cielo me castigó,

y los hombres se vengaron;

|| tenme lástima, que estoy

para matarme.

Flora:

10

No diga

tal tu entendimiento.

Belisa:

Amiga,

por passos tan tristes voy

|| que es impossible viuir,

porque en tanta desuentura

15

es el callar mi locura

determinarme a morir.

|| ¿Qué tardo? ¿En qué me detengo

que no doy fin a mi vida;

Flora:

¿Tú de ti misma omicida?

Belisa:

A darme la muerte vengo,

20

|| Flora, con tanta ocasión,

que quando en lo que la fundo

venga a conocer el mundo,

dirán que tengo razón.

25

|| Yo he de matarme. Tú, Flora,

después de muerta, podras

mirar mi pecho, y verás

la causa que callo agora.

|| Porque escrita en vn papel,

30

como el que muere por vando,

la lleuaré al pecho quando

me mate yerro o cordel.

|| Pensando estoy, triste vida,

vuestro fin: si con espada,

35

quedaré muy dessangrada,

mal puesta y descolorlida

|| Si en cordel, quedaré fea,

la lengua gruessa, y torcida

la boca, que sin herida

40

no ay muerte que tierna sea.

|| Con veneno, me pondré

negra y inchada; sagrada

es muerte a Séneca hurtada:

dulcemente moriré,

45

|| que será cosa famosa

morir en filosofía,

y de muerte de sangria

quedaré limpia y hermosa.

|| ¡Ea, llámame vn barbero!

50

Diré que quiero sangrarme,

y después podré quitarme

la venda hasta el fin postrero.

|| Ve Flora, veme por él.

Flora:

¿Qué dizes? ¿Estás en ti?

Belisa:

Matarme tengo . . .

Flora:

55

¡Ay de mí!

Belisa:

si tardas, con vn cordel,

|| o alguna encendida brasa,

como Porcia.

Flora:

Si lealtad,

si amor, si tratar verdad,

60

si auer nacido en tu casa

|| pueden merecer saber

la causa de tus enojos,

ellos y mis tristes ojos

te obliguen.

Belisa:

No puede ser.

Flora:

65

|| Pues si no, juntemos vidas

y acábenos vna muerte.

Belisa:

Si te obligas que vna suerte

nos yguale en dos heridas,

|| aquí te diré mi mal.

Flora:

Yo te lo prometo.

Belisa:

70

Escucha,

verás que la causa es mucha

y a mi desuentura ygual.

|| En Madrid nacida,

75

Flora, como sabes,

por regalo y gusto

de mis ricos padres,

me crié en sus braços

con amores tales

que aun hablaua en niña

80

pudiendo casarme.

Llouían las Indias

Indias orientales,

adonde tenía

mi padre dos males

85

en su casa y cofre:

perlas y diamantes,

plata para gastos

y oro para engastes.

Con esto y quererme,

90

gastauan gran parte

en mis nueuas galas,

en mis ricos trajes.

Que don Iuan en fin,

como era estudiante,

95

no gastaua en libros,

lacayos y pajes

lo que yo en espejos,

pastillas y guantes.

Con estas locuras

100

fuý tan arrogante

que nunca pudieron

casarme mis padres.

Treynta mil ducados

que en parte me caben

105

desta gruessa hazienda,

más que no mis partes,

obligan los hombres

que por muchas nacen,

a venir a verme,

110

verme y conquistarme.

Yo con locura

de hazienda tan grande,

y quizá engañada

de mi ingenio y talle,

115

he dado en melindres,

en melindres tales

que fuý de la corte

fábula notable.

Di en dezir vn tiempo

120

que tenía de carne

las manos y rostro,

lo demás de imagen,

que, qual ves, las visten

sólo por el talle,

125

sin piernas y cuerpo,

con bultos yguales.

Di en no yr a missa

donde huuiesse el ángel

que venciendo pintan

130

sierpes infernales.

Viendo a San Christóual

forma de gigante,

me dieron mil vezes

desmayos mortales.

135

Jamás en la pila,

aunque con los guantes,

tomé agua bendita

temiendo anegarme.

Nunca salí fuera

140

que el ayre sonasse,

y si me cogía

el ayre en la calle,

daua dos mil gritos:

«¡Que me llena el ayre!»

145

Nunca he visto toros,

de miedo que salten,

aunque yo tuuiesse

mil rexas delante.

La puente de piedra,

150

con ser Mançanares

río tan pequeño,

no ay orden que passe.

Para entrar en coche

mil reliquias hazen

155

escolta a mi cuerpo,

cruzes y señales.

No comí en mi vida

ciruelas de frayle,

porque dizen muchos

160

que en el cuerpo nacen.

Caracoles menos,

porque nunca barren

en su aposentico

sus necessidades.

165

Iamás consentí

que me tome el sastre

medida a vestido,

porque no me abrace.

Nunca el çapatero

170

lo que calço sabe;

çapatos de vn punto

y de dos me haze,

y hasta diez y seys,

porque no se alaben

175

que saben mis puntos

curiosos galanes.

No quise en mi vida

jugar a los naypes,

porque la espadilla

180

me hiela la sangre.

Mas ¿por qué te digo

las cosas que sabes

y que no es possible

que mi lengua baste?

185

Yo, en efeto, Flora,

con melindres tales

desechando a tantos

caualleros graues,

ricos, gentileshombres,

190

nobles, principales,

con ábitos muchos,

muchos con bastantes

cargos en la guerra

y oficios reales,

195

poniendo mil faltas

a quantos me salen,

no sé si lo diga

antes que me mate,

porque no me afrenten

200

desatinos tales.

Pero ya que es fuerça,

¿de qué estoy cobarde?

Vn esclauo adoro,

prenda que a mi madre

205

truxo vn alguazil;

Dios se lo demande.

No es de burlas, Flora;

yo quise guardarme,

diligencias hize,

210

pero poco valen

en estas prisiones:

el amor alcalde

castiga con muerte

resistencias tales.

215

Ni duermo ni como,

ni sé qué se traen

estos pensamientos

y dificultades.

Yo, que burla hize

220

de hombres semejantes,

quiero vn esclauillo.

Mas no diga nadie:

«Desta agua no beuo»

que los tiempos hazen

225

humillar soberuias,

subir humildades;

truecan los melindres

en sucessos graues,

enriquecen chicos,

230

empobrecen grandes.

¡Mal aya quien hizo

leyes desiguales!

Que lo peque el gusto

y el honor lo pague.

Flora:

235

|| ¿Qué podré yo responderte?

Corrido mi gusto vi

de lo que passa por ti;

que callo por no ofenderte.

|| Pero no puedo negarte

240

que ha sido estraña locura

Belisa:

¿Dexa de ser la hermosura

hermosura en qualquier parte?

|| ¿Dexará de ser diamante

el que lo nació en la mina,

245

porque esté en la mano indina

o porque le cubra el guante?

|| Mas a la quenta, si a ti

lo que a mi te sucedió,

no quiero culparte yo

250

para desculparme a mí.

|| Lo que haré será matarme.

Flora:

Mejor es buscar remedio.

Belisa:

Pues ¿ay sin la muerte medio

con que poder remediarme?

Flora:

255

|| Echarle de casa luego.

Belisa:

Hale cobrado afición

mi madre, y la priuación

podrá acrecentar mi fuego.

Flora:

|| Pues hazle herrar o açotar,

260

aféale de manera

que le aborrezcas.

Belisa:

¿Qué fiera

puede aborrecer y amar?

Flora:

|| Piensa en que essa esclaua adora,

si desamartelan zelos.

Belisa:

265

No han hecho salsa los cielos

de amor como celos, Flora.

Flora:

|| Pues algo has de hazer.

Belisa:

Morir.

Flora:

Mira el alma.

Belisa:

Essa razón

sola vence la passión

270

con que desprecio el viuir.

|| Quiero tomar tu consejo

y hazer este esclauo herrar,

como quien quiere quebrar,

por no mirarse, el espejo.

Flora:

|| Tu madre.

Belisa:

275

Apártate allí.

 

Salen Eliso y Lisarda.

 

Lisarda:

No tienes qué replicarme;

los esclauos has de darme,

aunque vienes contra mí.

Eliso:

|| Tras auerme executado,

280

¿me quitas con tal disgusto

en lo que tengo mi gusto?

Lisarda:

Eres cauallero honrado

|| y te obliga el ser muger.

Eliso:

Yo tengo qué te pedir,

285

y assí te quiero seruir

con hazerte este plazer.

|| Pero aduierte que son tres

los esclauos que te doy.

Lisarda:

¿Cómo?

Eliso:

Porque yo lo soy,

290

y el cómo sabrás después.

Lisarda:

|| Si es acaso pensamiento

de casarte con Belisa,

ya su condición te auisa.

Eliso:

Sé que vn impossible intento;

295

|| pero tú lo tratarás

con ella a solas.

Lisarda:

Sí haré.

Por allí estaua y se fué.

Eliso:

Háblala en esto, no más,

|| pues sabes mi nacimiento,

300

porque en aquesta ocasión

saques en la execución

las prendas del casamiento.

Lisarda:

|| Ya Pedro y Zara son míos.

A hablar a Belisa voy.

 

Vase Lisarda.

 

Eliso:

305

Dispuesto a sufrir estoy

sus notables desuaríos.

 

Sale Felisardo de esclauo.

 

Felisardo:

|| Eliso del alma mía.

Eliso:

Mi querido Felisardo,

¿cómo va?

Felisardo:

Tu vista aguardo

310

como las aues al día,

|| en esta obscura prisión.

Eliso:

¿Prisión con Çelia?

Felisardo:

Es verdad,

mas no tengo libertad

de dezille vna razón.

315

|| ¿Qué ay por allá de la herida?

¿No podré salir de aquí.

¿Murmérase que yo fuý?

Eliso:

Aun tiene el hidalgo vida,

|| pero está muy peligroso.

320

No salgas de donde estás,

porque a peligro pondras

la tuya.

Felisardo:

¡Caso espantoso!

Eliso:

|| Éste es el mejor sagrado.

Felisardo:

¿Buscan a Çelia?

Eliso:

También.

¿Cómo le va a Çelia?

Felisardo:

325

Bien,

aunque con algún cuydado

|| de vna criada que aquí

se pierde por regalarme.

Eliso:

¿Zelos?

Felisardo:

Oy quiso matarme.

330

Si me ven contigo ansí

|| daremos que sospechar.

Eliso:

¿Sales de casa?

Felisardo:

Muy poco.

Eliso:

Adiós.

 

Vase Eliso y sale Lisarda.

 

Lisarda:

Si yo te prouoco,

Belisa, a tanto pesar,

335

|| no ayas miedo que en mi vida

te trate de casamiento.–

¡Pedro!

Felisardo:

Señora.

Lisarda:

Mi intento,

que voluntad conocida

|| no te parezca desseo,

340

de esclauo auerte comprado . . .

Felisardo:

¿Comprado me has?

Lisarda:

Oy te ha dado

Eliso y oy te posseo.

|| ¿No te lo dixo?

Felisardo:

Temió

mi sentimiento, que es justo.

Lisarda:

345

¿No estás conmigo con gusto?

Felisardo:

Muy grande le tengo yo

|| de seruirte, mas Eliso

es, en fin, dueño primero.

Lisarda:

Mal pagas lo que te quiero.

Felisardo:

350

De que agradezco te auiso

|| la merced y el gran fauor

que me has hecho.

Lisarda:

Más me deues

que piensas.

Felisardo:

Palabras breues

son las señales de amor.

Lisarda:

355

|| Yo te quiero como a mí

Mil vezes beso tus pies.

 

Sale Çelia.

 

Lisarda:

¿Es ésta Zara?

Felisardo:

Ella es.

Lisarda:

Zara, ¿qué quieres aquí?

Çelia:

|| A Pedro vengo a llamar;

360

don Iuan, mi señor, le llama.

Lisarda:

Yd presto.

Çelia:

¿También mi ama

te comiença a regalar?

Felisardo:

|| ¿Otros zelos?

Çelia:

Pues ¿qué quieres,

si tú me das la ocasión.

Lisarda:

365

Bueno, ¿aquí conuersación?

Felisardo:

¡O Çelia, qué estraña eres!

Çelia:

|| A Pedro le pregunté

si oy enseñarme quería

la oración del otro día.

Lisarda:

¿No la sabes?

Çelia:

370

No la sé.

Lisarda:

|| Flora te puede enseñar.

Vete, perra, a la cozina.

Çelia:

Ésta también se le inclina,

mas yo me sabré pagar.

 

Vase Çelia.

 

Lisarda:

375

|| ¿Qué pensamientos son éstos

que de vn esclauo me han dado?

Ni es decente mi cuydado

ni ellos parecen honestos.

|| Agrádame con estremo

380

su talle, su lengua y cara.

¡Qué liuiandad! ¡Amor, pára,

tente! Que perderme temo.

 

Sale Belisa.

 

Belisa:

|| Sabiendo que Pedro es tuyo

y que le compraste a Eliso,

385

vengo a darte cierto auiso.

Lisarda:

Será algún melindre tuyo.

Belisa:

|| Dízenme que es fugitiuo;

oy has de mandar herralle.

Lisarda:

¿Herrar, Belisa, aquel talle?

Belisa:

390

¿Qué importa? ¿No es de vn cautiuo?

Lisarda:

|| Tengo lástima a la cara;

no merece hierro en ella.

Belisa:

¿Parécete a ti muy bella?

Lisarda:

– Mucho el alma se declara. –

395

|| ¿Qué me puede parecer

de vn esclauo?

Belisa:

Pues consiente

herrarle.

Lisarda:

Es inconueniente

para boluerle a vender,

|| como quien haze tapizes

400

con sus armas.

Belisa:

Perderás

el esclauo.

Lisarda:

¿Importa más

que herrarle, como tú dizes?

|| Haz melindre, por tu vida

de herrar vna buena cara.

Belisa:

405

Si en no darme gusto pára,

en cosa que yo te pida,

|| el aborrecerme a mí

por querer a tu don Iuan,

presto tus ojos dirán

410

si como don Iuan nací.

|| Ábreme, Flora, essa cama.

Ve presto, llama el barbero,

sángreme luego, oy me muero.

¡Ola, al físico me llama!

415

|| Presto verás si oy acabo

vida que tengo por ti,

si es mejor perderme a mí

que herrar la cara a vn esclauo.

 

Vase Belisa.

 

Lisarda:

|| ¡Ay tan estraña mudança!

420

Quien de ver dar vna voz

llamaua delito atroz,

tanto atreuimiento alcança

|| que quiere herrar el más bello

esclauo que el mundo vió.

425

O la condición trocó,

o es interessada en ello.

|| ¡Ay tal locura y crueldad!

 

Sale Tiberio.

 

Tiberio:

Aunque el ver desmayos tales

no son indicios mortales,

430

mueuen, Lisarda, a piedad.

|| No he visto jamás tan muerta

a Belisa. ¿Qué ha tenido?

Lisarda:

Vna necedad ha sido,

que de su humor desconcierta.

435

|| Ha dado en que se ha de herrar Pedro.

Tiberio:

Pues ¿es vuestro esclauo?

Lisarda:

Aun de comprarle no acabo,

¿y ya tengo de mostrar

|| tan grande crueldad con él?

Tiberio:

440

Ya sabéys su condición.

Pero porque no es razón

hazer acto tan cruel,

|| fingir podéys que le herráys;

que con vn clauo fingido

445

auréys con los dos cumplido,

pues a ninguno agrauiáys.

|| Que también es cosa fuerte

darla tanta pesadumbre

si es de vuestros ojos lumbre.

Lisarda:

450

Pues ¿puédense hazer de suerte

|| que parezcan verdaderos?

Tiberio:

Con mucha facilidad.

Lisarda:

¿Que a qualquiera liuiandad

me ha de hazer Belisa fieros?

455

|| Aora bien, quede a tu quenta

fingir los hierros.

Tiberio:

Sí haré,

porque esta loca no dé

en hazernos vna afrenta.

|| Él viene. – ¡O Pedro!

 

Sale Felisardo.

 

Felisardo:

¡O, señor!

Tiberio:

460

¿Cómo va en la nueua casa?

Felisardo:

Bien, gracias a Dios, se passa.

Todos me tienen amor.

Tiberio:

|| De Lisarda yo lo juro,

pero de Belisa no,

465

pues te manda herrar, y yo

por su gusto lo procuro,

|| aunque me pesa en estremo.

Felisardo:

¿Cómo herrarme? ¡Viue Dios,

que si lo intentáys los dos,

470

siendo yo leal, que temo

|| que os quite a entrambos la vida!

Tiberio:

Lo mismo manda a la esclaua.

Felisardo:

Aqui la inuención se acaba.

¡Yo soy, yo soy homicida

475

|| del nauarro cauallero!

Venid, que escondido estoy.

Tiberio:

¿Qué dizes?

Felisardo:

Que el hombre soy

que con el desnudo azero

|| di la muerte a aquel hidalgo.

Tiberio:

480

Loco le buelue el pesar

de errarle. No te han de errar.

Felisardo:

Esperad, que luego salgo

|| donde auenture la vida.

Tiberio:

Mira que por darla gusto

485

y impedir tanto disgusto,

será la letra fingida:

|| que a los dos quiero pintar

los clauos con vna tinta

que luego se quite.

Felisardo:

Pinta

490

lo que se pueda borrar

|| y llámame esclauo tuyo.

Tiberio:

Aguárdame, Pedro, aquí.

 

Váyase Tiberio y sale Çelia.

 

Çelia:

¿Fuése ya Tiberio?

Felisardo:

Sí.

Çelia:

¿Qué ay de Lisarda?

Felisardo:

Que huyo

495

|| por tu gusto de Lisarda.

Çelia:

¿Y de Belisa?

Felisardo:

Vna cosa

bien nueua y dificultosa.

Çelia:

Dímela de presto.

Felisardo:

Aguarda.

|| La desdicha que nos sigue

500

nos confirma por esclauos.

Çelia:

¿Cómo?

Felisardo:

Que oy nos ponen clauos.

Çelia:

Pues ¿qué puede auer que obligue

|| a tal desatino?

Felisardo:

Auer

dado en aquesto Belisa.

Çelia:

505

De quien eres los auisa.

Felisardo:

Ya no será menester,

|| porque con clauos fingidos

nos han de herrar a los dos.

Y viénenos bien, por Dios,

510

para no ser conocidos,

|| que Eliso me dixo aquí

que nos andan a buscar

Çelia:

Si acertamos en herrar,

de veras me hierre a mí

515

|| quien por ti pusiere clauos

a vn rostro que ya los tiene

en el alma de quien viene

la estampa.

 

Salen don Iuan y Carrillo.

 

Juan:

Que estos esclauos

|| no se han de apartar jamás.

Carrillo:

520

Son letra y tilde, son nombre

y firma.

Juan:

Él es gentilhombre.

Carrillo:

Y aun es discreto.

Juan:

¿Esso más?

Carrillo:

|| Holgaríaste de hablalle.

Juan:

Sí, mas no me puedo holgar

525

de verle con Zara hablar,

si es discreto y de buen talle.

Felisardo:

|| Pues aquí nadie nos ve,

bien me puedes abrazar.

 

Abrázanse.

 

Çelia:

Siempre te has de anticipar

a mis desseos.

Juan:

530

¿Qué fué?

Carrillo:

|| Que se abrazaron los dos,

me parece en castellano.

Juan:

¿Por qué la abrazas, villano?

Çelia:

¿Viónos don Iuan?

Felisardo:

Sí, por Dios.

Juan:

535

|| ¿Tú en casa tan principal,

perro, hazes esto?

Felisardo:

Señor,

si piensas que es esto amor,

el tuyo lo piensa mal;

|| que porque me dixo aquí

540

que bautizarse quería,

lo que a christiano deuía

hize en abraçarla ansí.

|| Si baxar pudiera el cielo,

sospecho que la abraçara,

545

pues lo que el cielo intentara

disculpa tiene en el suelo.

Juan:

|| Vete a la caualleriza,

perro.

Felisardo:

Perdona, señor,

¿ser yo christiano es error?

Carrillo:

550

La palabra atemoriza. –

|| ¡Ola, Pedro!

Felisardo:

¿Qué me quieres?

Carrillo:

Ser christiano es gran bondad,

pero es mucha christiandad

abraçar a las mugeres.

555

|| Vete y aduierte que aquí

las esclauas no se abraçan.

Felisardo:

Y si amo y lacayo trazan

gozarlas, ¿vsase?

Carrillo:

Sí.

Felisardo:

|| ¿Sí? Pues esperate vn poco.

Carrillo:

560

Algo ha de hazer este perro.

 

Vase Felisardo.

 

Juan:

Aduierte, Zara, que es yerro

boluerme a desprecios loco.

Çelia:

|| ¿Puedo, si no soy christiana,

quererte?

Juan:

Dame tu fe

en teniéndola.

Çelia:

565

Sí haré,

pero no de ser liuiana.

Juan:

|| Pues ¿qué es lo que harás por mí?

Çelia:

Ser tu muger.

Juan:

Es deshonra;

de vn cauallero.

Çelia:

¿Y es honra

570

mía que me rinda a ti?

Juan:

|| Eres esclaua.

Çelia:

Tú fueras

lo mismo a estar en Argel.

Juan:

En el tuyo estoy.

Çelia:

Si en él,

como dizes, estuuieras,

575

|| no tuuieras libertad

para quitarme el honor.

Juan:

A mí oblígame el amor.

Çelia:

Y a mí sangre y lealtad;

|| que soy allá más honrada

que tú aquí.

Juan:

580

Detente, espera.

Çelia:

Es el vencerme quimera,

menos que estando casada,

 

Váyase Çelia.

 

Carrillo:

|| Cerróse.

Juan:

Pensando estoy

que si ésta es noble en su tierra,

585

en lo que dize no yerra,

allá fué lo que aquí soy.

 

Sale Lisarda.

 

Carrillo:

|| Tu madre.

Lisarda:

Aun de burlas [es]

cosa que me da pesar

hazer a los dos herrar.

¿Es don Iuan?

Juan:

590

Dame essos pies.

Lisarda:

|| Oy ¿qué has hecho?

Juan:

Salí vn poco

al Prado.

Lisarda:

¿Tú estás aquí?

Carrillo:

Mucho te espantas de mí.

Lisarda:

¿No quieres que espante vn loco?

Juan:

595

|| Dexa a Carrillo, señora,

que tengo que hablarte.

Lisarda:

Di.

Carrillo:

Nunca tan Carrillo fuý

en tus manos como agora.

Juan:

|| Este esclauo que tienes en tu casa

600

es más galán que esclauo; falta es ésta

más que el vino, que amór su furia vence

y más que el ser ladrón, que el amor roba

las almas, que es robar su hazienda al cielo;

más es que huyr, porque éste huyr pudiera

605

y perderse el valor, y amor espera,

espera hasta que pierda honor y vida,

después de estar la libertad perdida.

Y assí juzgo que es justo que le vendas,

que para esclauo, en fin, le sobran prendas.

Lisarda:

¿Que le venda, don Iuan?

Juan:

610

Que luego al punto

le vendas, y pues yo te lo aconsejo,

no me preguntes más; buéluele a Eliso

y di que sólo quieres esta esclaua,

si no quieres venderle en otra parte.

Lisarda:

615

Aora bien, si conuiene que le venda

o que le buelua a Eliso, vayan juntos

el esclauo y la esclaua, que no quiero

tener esclaua tan hermosa y bella.

Que amor es más que el vino, pues le vence,

620

y más que el hurto, pues las almas roba,

y más que huyr, pues el amor espera

a que se pierda vida, hazienda y honra.

Juan:

La esclaua no te enoja, ni deshonra.

Lisarda:

Pues ¿en qué me deshonra a mí vn esclauo?

Juan:

625

En abraçar la esclaua, por lo menos.

Lisarda:

¿Vístelo tú?

Juan:

Yo vi que se abraçauan,

y Carrillo lo vió.

Lisarda:

¡Qué buen testigo!

Carrillo:

Yo vi cruzar los braços y tocarse

paloteado en las espaldas tanto

630

que sólo les faltó, como flamencos,

el dezirse al tocar: «fróleque, fróleque».

Lo que es la paz de Francia fué notable:

como suelen tal vez mansas palomas

embaynarse los picos vno en otro,

635

y dezirse requiebros en el cuello.

Lisarda:

Zelos deuen de ser, don Iuan. ¿No tienes

mugeres por allá, bellas y libres?

Dexa esta mora, que en efeto es mora;

no trates de vencerla, que es delito

640

que nos puede costar hazienda y honra.

Que el enojo de Pedro con reñille,

con no dexar que suba ni que passe

de aquestos corredores, se castiga.

 

Vase.

 

Juan:

Fuése?

Carrillo:

Con los dos pies y los chapines.

Juan:

¿Este gusto me da mi madre?

Carrillo:

645

Calla,

que también eres tú terrible en esto.

¿Por que quieres que venda a Pedro, vn hombre

tan cuerdo, tan discreto y gentilhombre?

 

Salga herrada en el rostro Çelia.

 

Çelia:

|| Apelo desta crueldad

650

al supremo autor del cielo,

pues no ha de auer en el suelo

ni remedio ni piedad.

Juan:

¿Qué es esto? ¿Ay mayor maldad?

Viue Dios que sospechaua

655

mi madre que a Zara amaua,

y que en el rostro la herró

porque aborreciesse yo

lo que della me agradaua.

|| ¿Es esto verdad?

Çelia:

Sí es.

Juan:

Míralo bien.

Carrillo:

660

¿Qué lo dudas?

¿Qué te turbas y demudas?

Suyo es el daño que ves;

que tú, porque más estés

sosegado de tu amor,

665

antes recibes fauor

en afearle la cara,

que por ventura llegara

a más peligro tu honor.

Juan:

|| Déxame mirar, Carrillo,

670

aquellos dos, cuyas rosas

mancharon las rigurosas

manos, bien puedo dezillo,

que corte vn fiero cuchillo

o que en Argel ate vn moro.

675

Cielo rosado que adoro,

¿qué cometas negras son

las que con tal sinrazón

eclipsan tus rayos de oro?

|| Essas rosas encarnadas

680

han dado tan negro fruto,

que es mirar el sol con luto

verlas de negro eclipsadas.

Pero pues están bañadas

de tinieblas, cesse el día

685

que de su oriente salía;

venga la noche y la muerte,

y acábense de vna suerte

su luz y la vida mía.

|| Quien en tan blanco papel

690

tales letras escriuió,

no imaginaua que yo

tengo de poner en él

el alma, para que dél

salga aquel hierro estampado.

695

Llega, no te dé cuydado,

estampa esse hierro en mí.

Çelia:

¿Cómo te llegas ansí?

Juan:

Amor licencia me ha dado.

Çelia:

|| Pues a mí no la crueldad

de tu madre.

Juan:

700

Es gran razón;

puesto me has en condición

de hazer vna liuiandad.

Rosas puras, esperad,

que voy a hazer que esta afrenta

705

de vuestra hermosura sienta

quien os delustra y marchita,

y será sentencia escrita

de quien vuestra muerte intenta.

|| Ven, Carrillo.

Carrillo:

¿Dónde vas?

Juan:

710

Casarme tengo con ella,

que si antes era tan bella,

aora, herrada, lo es más.

No es christiana, no podrás.

Juan:

Podré dar pena a Lisarda.

715

¿La afrenta no te acobarda?

Juan:

No ay cobarde en siendo loco.

Oye, aduierte, aguarda vn poco.

Juan:

Amor con yra no aguarda.

 

Çelia sola.

 

Çelia:

|| Creýdo lleua don Iuan

720

que estos hierros son de veras,

y son fingidas quimeras

de zelos que en ellas dan.

Felisardo es tan galán

que en qualquier traje enamora:

725

Belisa, Lisarda y Flora

le quieren de vna manera.

¿Quién de vn melindre creyera

tan grande mudança agora?

 

Sale Felisardo herrado en el rostro.

 

Felisardo:

|| ¿Estás aquí?

Çelia:

¿No me ves?

730

¿Cómo te subiste acá?

Felisardo:

Amor licencia me da,

sus alas puso a mis pies.

|| ¡Qué bien los hierros te están!

Çelia:

Son en tu nombre, bien mío,

735

aunque ha hecho vn desuarío

por verme herrada don Iuan.

Felisardo:

|| ¿Cómo?

Çelia:

Pienso que es de suerte

su sentimiento, que ya

a sí mismo se dará,

740

si no a su madre, la muerte.

Felisardo:

|| ¡En buen enrredo, ay de mí,

nos ha puesto amor cruel!

Pero ya saldremos dél,

que no auer peligro aquí

745

|| me obliga a sufrir que sea

tu bello rostro afrentado.

Çelia:

¿Por qué, mi bien, si oy me ha dado

amor su firma y librea?

|| Oy soy tuya, que lo ven

750

todos mis cinco sentidos:

alégranse los oýdos,

la boca y manos también.

|| Porque oluidos ni destierros

puedan negar tus despojos,

755

desde su alcáçar los ojos

están mirando los hierros.

|| ¿Qué sientes tú de los tuyos?

Felisardo:

Que me corro que no sean

como los tuyos dessean,

760

siendo estampa de los suyos.

|| También mis ojos los ven

y mi boca los alaba,

y aun vna pendencia braua

ay entre los dos también.

765

Que de los clauos, por ser

tuyos, están tan preciados

los ojos, que ya de honrados

suyos los quieren hazer.

|| La boca dize que están

770

más cerca, y que suyos son,

pero en tan dulce quistión

los mismos hierros podrán

|| poner paz, si los juntamos.

Dame los braços y yréme.

Çelia:

775

Amor llega, el alma teme.

 

Sale Belisa y Flora.

 

Belisa:

¡A muy buen tiempo llegamos¡

|| ¿No te han dicho, perro, a ti

que no subas sólo vn paso

de la escalera?

Felisardo:

No passo

780

sin causa: a pedir subí

|| cosas que son menester,

que aquí me las han de dar.

Belisa:

¿Y es menester abraçar?

Felisardo:

Somos marido y muger.

Belisa:

|| ¿Desde quándo?

Felisardo:

785

Desde el punto

que a los dos nos han herrado.

Hierros auemos juntado

porque se ande todo junto.

Belisa:

|| Pues ¿puede vn hombre christiano

790

casarse con vna mora?

Felisardo:

Ya es christiana, pues agora

está el serlo en vuestra mano.

|| Su bautismo y casamiento

podéys hazer en vn día.

Belisa:

¿Quieres tú?

Çelia:

795

Yo bien querría;

que mi noble nacimiento

|| se emplea en Pedro muy bien,

que es por parte de su padre

cauallero, y por su madre,

800

aunque mora, lo es también.

Belisa:

|| Éntrate, infame, allá dentro;

tú, perro, báxate allá.

Çelia:

Pues ¿esto enojo te da?

Belisa:

Entra, bárbara.

Çelia:

Ya entro.

 

Vase Çelia.

 

Belisa:

805

|| Y tú, ¿qué aguardas aquí?

Felisardo:

Ver si tiemplas el rigor.

Belisa:

Templarle pudiera amor,

si caber pudiera en ti.

|| Ven acá, Pedro.

Felisardo:

Señora.

Belisa:

810

¿Sentiste mucho el herrarte?

Felisardo:

Por ser el rostro la parte

que más el respeto honora,

|| que más la vista venera,

Dios sabe si lo he sentido,

815

y más sabiendo que ha sido

por quien honrarme pudiera.

Belisa:

|| ¿Piensas que soy yo?

Felisardo:

Pues ¿quién?

Belisa:

Don Iuan.

Felisardo:

De zelos será.

Belisa:

¿El dolor passóse ya?

Felisardo:

820

¡Pluguiera a Dios que también

|| el de la afrenta passara!

Flora:

Tente, que te vas perdiendo.

Belisa:

Vame, Flora, suspendiendo

el alma su hermosa cara.

Flora:

|| ¿Agora hermosa?

Belisa:

825

Los clauos

son lunares que hermosean

lo que otros rostros afean

de menos bellos esclauos.

|| ¡Que castigassen los cielos

830

mis melindres desta suerte!

¡Que vn esclauo me dé muerte

y vna esclaua me dé zelos!

|| ¡Ay Flora, qué mal consejo

me diste! Que estando herrado

835

al bien la puerta he cerrado.

Flora:

Por esso te lo aconsejo;

|| que pudiera ser que hizieras

alguna afrenta a tu honor.

Belisa:

Pues algo intenta mi amor

840

que tiemple estas ansias fieras.

|| ¿Cómo tocaré vna mano

deste esclauo?

Flora:

¡Linda cosa!

¿Eres tú la melindrosa?

Belisa:

Es todo melindre en vano,

845

|| quando llega amor por fuerça.

Haz, Flora, alguna inuención,

no se pierda la ocasión.

Flora:

¡Braua locura te esfuerça!

|| Finge vn desmayo, y haré

850

que en braços te lleue allá.

Belisa:

Notable inuención será.

¡Jesús! ¡Ay Jesús!

Flora:

¿Qué fué?

Belisa:

|| Picóme vn mosquito vn dedo,

y como si fuera vn rayo

855

toda me muero y desmayo.

Felisardo:

¿De vn mosquito?

Flora:

¡Lindo enredo! –

|| ¿Qué quieres? ¿Ya no sabías

sus melindres? Ya está muerta.

Felisardo:

¿Muerta?

Flora:

Ten por cosa cierta

860

que no buelua en quatro días.

|| Tómala en braços, que yo

no la podré leuantar.

Felisardo:

¿Yo la tengo de lleuar

en braços?

Flora:

Pues ¿por qué no?

Felisardo:

865

|| Alto, yo haré lo que mandas.

Flora:

Y yo yré a ver si alguien viene.

 

Vase Flora.

 

Felisardo:

Notable desmayo tiene.

Aora bien, quiero ser andas

|| y lleuar aquesta muerta.

 

El teniéndola en los braços sale Çelia.

 

Çelia:

870

¿Adónde vas desta suerte?

Felisardo:

Esta imagen de la muerte,

de aliento y vida desierta,

|| lleuo a echar sobre su cama,

que Flora ine lo mandó,

875

porque aquí se desmayó,

y es en efeto mi ama.

Çelia:

|| A lo menos porque ya

deues de quererla bien.

Felisardo:

Mejor los cielos me den

880

vida. ¿No ves como está?

Çelia:

|| ¡A, Felisardo cruel,

tú muy zeloso de mí,

y yo, ingratíssimo, a ti

por todo estremo fiel!

885

|| Mas yo sí los he tenido

justamente, porque soy

tan ofendida.

Felisardo:

Yo voy,

Çelia, en el traje fingido

|| cumpliendo mi obligación;

890

no te ofendo en otra cosa.

Esta necia melindrosa

dixo en aquesta ocasión

|| que de picarla vn mosquito

estaua para espirar.

895

Mandáronmela lleuar.

Çelia:

Ni aun tocarla te permito.

Felisardo:

|| Pues si está como la ves,

¿tengo de dexarla aquí?

Çelia:

Para darme gusto, sí,

900

pero no, si el tuyo es.

|| ¿Yo auía de verte en los braços

otra muger?

Felisardo:

Está muerta.

Çelia:

¿Muerta?

Felisardo:

Pues ¿no es cosa cierta?

Çelia:

Lléuala y hazla pedaços

905

|| desse corredor.

Felisardo:

Bien fuera,

porque tanto me aborrece

quanto adora y encarece

su madre; que si oy quisiera

|| pienso que de su hazienda toda

910

pudiera ser tesorero,

y hazerle vn engaño espero.

Çelia:

Mal nuestro bien se acomoda.

|| ¡Ay Felisardo! Ya herrados,

¿qué podemos acertar?

915

¿Qué fin el tiempo ha de dar

a casos tan desdichados?

Felisardo:

|| ¿Agora contemplas esso?

¿No ves que me estoy cansando?

Çelia:

Suéltala y vente callando

920

a tratar nuestro sucesso

|| a mi aposento, que ya

no preguntarán por ti.

Felisardo:

Alto, yo la dexo aquí.

Çelia:

Vamos.

Felisardo:

Sin sentido está.

Flora:

925

|| Aunque con pena y con zelos,

al fin he dado lugar

a que puedan acabar

tantos melindres los cielos.

|| Quien quantos hombres miraua

930

melindrosa despreció,

con vn esclauo vengó

a quien ofendido estaua,

|| y sin mirar su baxeza

le quiere tomar la mano.

 

Leuántase Belisa.

 

Belisa:

935

¿Qué estás murmurando en vano,

si sabes la fortaleza

|| de aquel poderoso amor?

Flora:

¡Jesús, señora! ¿Aquí estás?

Belisa:

Dame la mano y sabrás

la causa.

Flora:

940

¡Estraño rigor!

|| ¿Que aun no te lleuó de aquí,

dexándote yo en sus braços?

Belisa:

¡Ay Flora, que aquellos lazos

no se hizieron para mí!

945

|| Luego que adentro te fuyste,

y yo llegada a su pecho

yua como quien le adora,

dando rienda al pensamiento,

|| ya tocándole la mano,

950

ya llegando el rostro al cuello,

como que el mismo desmayo

era destas cosas dueño,

entró Zara, y de miralle

zelosa rémora siendo,

955

detuuo la naue mía

que lleuaua en popa el viento.

Yo tenía entre sus braços

el cuerpo, pero en el suelo

los pies; y aunque me pesaua

960

de ver de los dos los zelos,

agradecía mi agrauio;

y por estar en su pecho

rogaua a Dios que durassen

los enojos que me dieron.

965

¿Quien vió de amor, quién oyó

tal laberinto y enredo,

como que yo con fingido

desmayo estuuiesse oyendo

los mismos zelos que daua

970

a quien le tuuo por cierto,

y descubrió a vozes claras

los más estraños secretos

que ay en fábula ni historia?

Flora:

¡Ay señora! ¿Qué dixeron?

Belisa:

975

Ella le llamaua a él

Felisardo, que no Pedro,

y él a ella Çelia.

Flora:

¿Cómo?

Çelia, que no Zara.

Flora:

¡Ay cielos!

Belisa:

En fin, en sus relaciones,

980

en sus quexas, en sus miedos,

yo entendí, si no me engaño,

que no son esclauos éstos.

Flora:

Esse es engaño notorio.

Belisa:

¿Engaño, Flora?

Flora:

A no serlo,

985

¿cómo dexaran herrarse?

¿Cómo sufrieran los hierros?

Aunque el otro día vi,

al entrar en su aposento

de Pedro, un jubón de tela.

990

Pero engañóme, diziendo

que vn esclauo que le hurtó,

allí le traxo a esconderlo.

Belisa:

¿Iubón de tela?

Flora:

Y muy fina.

Belisa:

¿Si es aqueste cauallero

995

y por alguna desdicha

vino a tan triste sucesso?

Si por los hierros no fuera,

no lo dudara.

Belisa:

¿Qué haremos?

Flora:

Dissimular.

Belisa:

Sí, mas mira

1000

que se han de huyr y que quedo

perdida, y más desde agora

que es Felisardo y no Pedro.

Flora:

Para estoruar que se vaya

mal puedo darte consejo.

Belisa:

Ya yo le sé.

Flora:

¿Qual?

Belisa:

1005

Escucha:

llámame a Carrillo presto.

 

Sale Carrillo.

 

Flora:

Él llega por escusarme.

Belisa:

Amor le truxo a mi ruego.

Carrillo:

|| ¿A qué ha de llegar la furia

1010

de amor? ¡Qué buenos están

de su obediencia don Iuan

y Lisarda de su injuria!

|| La madre llora y promete

casarse por castigalle,

1015

y él con la esclaua, por dalle

más pena.

Flora:

¿Qué ay, alcahuete?

Carrillo:

|| O secretaria cruel

de la ninfa melindrosa,

la que se alcorça y endiosa,

1020

la que viendo en vn papel

|| vn San Iorge dibuxado,

de la sierpe se espantó.

Flora:

Mira que está aquí.

Belisa:

Si yo,

Carrillo, huuiera mostrado

1025

|| melindre viéndote a ti,

¿qué sierpe más espantosa?

Carrillo:

Perdona, que esto no es cosa

que arguye malicia en mí,

|| y pruéuame en tu seruicio

1030

si quieres ver lo que soy.

Belisa:

Hazme vn plazer.

Carrillo:

Aquí estoy.

Belisa:

Yo he visto, Carrillo, indicio

|| de que Pedro quiere huyrse.

Sin esto, su atreuimiento

1035

llega a entrar al aposento

de Zara, y no es de sufrirse.

|| Parte a vn herrero y harás

vna argolla y un virote.

Carrillo:

Pues esso no te alborote,

1040

señora, que ayer no más

|| este regidor vezino

a vn esclauo le quitó;

yré a pedírselo yo.

Belisa:

Echásele de camino,

1045

|| con fauor de los criados

de casa.

Carrillo:

Traeré de enfrente

vn lacayo muy valiente

de bigotes engomados,

|| hombre de más libertad

que vn cochero.

 

Vase.

 

Belisa:

1050

Parte presto,

que yo viuiré con esto

en mayor seguridad,

|| mientras vengo a conocer

si es Pedro o si es Felisardo.

Flora:

1055

El fin del sucesso aguardo.

Belisa:

Por fuerça lo ha de tener.

 

Salen Lisarda y don Iuan y Tiberio.

 

Lisarda:

|| ¿Libertades a mí? Pues por el siglo

de vuestro padre, que veáys muy presto

la vengança que tomo de vosotros.

Tiberio:

1060

Hermana, reportaos, don Iuan es moço

y en fin es vuestro hijo.

Lisarda:

No es mi hijo.

Belisa:

¿Qué es aquesto, don Iuan?

Juan:

Vuestras quimeras;

que mi madre te pone a ti la culpa.

¿Quién herrara vna esclaua tan hermosa?

1065

En crueldades pararon tus melindres.

Belisa:

Pues ¿qué te importa a ti?

Juan:

Mucho me importa,

que es mi muger.

Lisarda:

¡O infame! ¿De tu boca

salen tales afrentas de tu sangre?

Tiberio:

Dízelo con enojo, que no es hombre

1070

don Iuan que ha de afrentar nuestro linage.

Juan:

De veras hablo, tío.

Tiberio:

Calla, loco.

Lisarda:

Pues alto, si don Iuan se determina

a quererse casar con vna esclaua,

yo me quiero casar con vn esclauo;

la mitad de la hazienda es mía.

Tiberio:

1075

Bueno,

también eres tú loca. ¿Qué te espantas

que don Iuan te parezca?

Lisarda:

No ay cordura

con hijos atreuidos, deslenguados

y inobedientes. Oy haremos quenta:

1080

no piense que le toca su legítima

tan entera el villano, que en vn año

me ha gastado en sus deudas, en sus galas

y en sus plazeres desonestos cinco,

¿cinco? y aun más de siete mil ducados.

Juan:

1085

Si pensauas casarte y pretendías

desampararnos, sin enredos puedes

casarte con quien ya tendrás trazado,

que yo y mi hermana viuiremos juntos

con más honra que estamos en tu casa.

Tiberio:

1090

Salte allá fuera ya, que es desuergüença.

¿Assí tratas las tocas de tu madre?

Juan:

Respeto en vos las canas de mi padre.

 

Sale Felisardo.

 

Felisardo:

|| ¿Esto se puede sufrir?

¿Esto es bien hecho?

Tiberio:

¿Qué es esto?

Felisardo:

1095

¿No basta el auerme puesto

estos hierros sin huyr,

|| sino que mandáys echarme

argolla y virote a mí?

Lisarda:

Yo no lo mandé.

Belisa:

Yo si.

Felisardo:

1100

Pues ¿en qué puedes culparme?

Belisa:

|| Madre, el esclauo se va; yo lo sé de Zara.

Lisarda:

¡A, perro!

¡Hiérrenle! ¿No viene el hierro?

 

Sale Carrillo y quatro lacayos.

 

Carrillo:

A punto el virote está

1105

|| y la valerosa gente.

Lisarda:

Echádsele al fugitiuo.

Lacayo:

¡Ola Sancho! Por Dios viuo,

que dizen que es muy valiente.

Lisarda:

|| Herralde y vamos de aquí.

Felisardo:

1110

¡Qué notable confusión!

Tiberio:

No me parece razón

herrarle.

Belisa:

Pues a mi sí.

 

Vanse y queden con Felisardo los lacayos.

 

Felisardo:

|| Llegad, perros.

Carrillo:

¿Luego piensas

defenderte?

Felisardo:

Sólo siente

1115

mi valor que soys ruyn gente,

no las afrentas y ofensas.

 

Andan al mogicón y ásenle,

y en fin en el suelo le ponen el virote.

 

Felisardo:

|| Soys muchos, al fin caý.

[Lacayo] 2:

Ríndete, perro, Mahoma.

Felisardo:

Cielos, ¿quien me adora toma

1120

tanta vengança de mi?

[Lacayo] 3:

|| Ea perrazo, está quedo.

[Lacayo] 4:

Remacha bien.

Carrillo:

Bien está,

que no se le quitará

a dos tirones.

Felisardo:

Oy puedo

1125

|| dezir que llegó mi mal

al estremo que podía.

Lacayo:

Ya sabe que oy es el día

de ser franco y liberal.

Carrillo:

|| Cuélense en esta tauerna,

1130

lleuaré veynte azeytunas,

que no ha de ser en ayunas.

[Lacayo] 2:

Yo seruiré de lanterna.

 

Vanse y queda solo Felisardo con el virote puesto.

 

Felisardo:

|| Cruel amor, ¿tan fieras sinrazones

tras tanta confusión, tras pena tanta?

1135

¿De qué sirue la argolla a la garganta

a quien jamás huyó de tus prisiones?

|| ¿Hierro por premio das a mis passiones?

Dueño cruel, tu sinrazón espanta,

el castigo a la pena se adelanta,

1140

y quando siruo bien, hierros me pones.

|| ¡Gentil laurel, amor, buenos despojos!

Y en vn sugeto a tus mudanças firme

¿hierros, virote, lágrimas y enojos?

|| Mas pienso que has querido persuadirme

1145

que trayendo los hierros a los ojos

no pueda de la causa arrepentirme.