BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Gustavo Adolfo Bécquer

1836 - 1870

 

Rimas y poemas

 

Rimas

 

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A Casta

 

Tu aliento es el aliento de las flores;

tu voz es de los cisnes la armonía;

es tu mirada el esplendor del día,

y el color de la rosa es tu color.

 

5

Tú prestas nueva vida y esperanza

a un corazón para el amor ya muerto;

tú creces de mi vida en el desierto

como crece en un páramo la flor.

 

 

Amor eterno

 

Podrá nublarse el sol eternamente;

podrá secarse en un instante el mar;

podrá romperse el eje de la tierra

como un débil cristal.

 

5

¡Todo sucederá! Podrá la muerte

cubrirme con su funebre crespón;

pero jamás en mí podrá apagarse

la llama de tu amor.

 

 

A todos los santos

(1 de noviembre)

 

Patriarcas que fuisteis la semilla

del árbol de la fe en siglos remotos,

al vencedor divino de la muerte

rogadle por nosotros.

 

5

Profetas que rasgasteis inspirados

del porvenir el velo misterioso,

al que sacó la luz de las tinieblas

rogadle por nosotros.

 

Almas cándidas, Santos Inocentes

10

que aumentáis de los ángeles el coro,

al que llamó a los niños a su lado

rogadle por nosotros.

 

Apóstoles que echasteis en el mundo

de la Iglesia el cimiento poderoso,

15

al que es de la verdad depositario

rogadle por nosotros.

 

Mártires que ganasteis vuestra palma

en la arena del circo, en sangre rojo,

al que os dio fortaleza en los combates

20

rogadle por nosotros.

 

Vírgenes semejantes a azucenas,

que el verano vistió de nieve y oro,

al que es fuente de vida y hermosura

rogadle por nosotros.

 

25

Monjes que de la vida en el combate

pedisteis paz al claustro silencioso,

al que es iris de calma en las tormentas

rogadle por nosotros.

 

Doctores cuyas plumas nos legaron

30

de virtud y saber rico tesoro,

al que es raudal de ciencia inextinguible

rogadle por nosotros.

 

Soldados del Ejército de Cristo,

Santas y Santos todos,

35

rogadle que perdone nuestras culpas

a Aquel que vive y reina entre vosotros.

 

 

A Elisa

 

Para que los leas con tus ojos grises,

para que los cantes con tu clara voz,

para que llenen de emoción tu pecho,

hice mis versos yo.

 

5

Para que encuentren en tu pecho asilo

y les des juventud, vida y calor,

tres cosas que yo ya no puedo darles,

hice mis versos yo.

 

Para hacerte gozar con mi alegría,

10

para que sufras tú con mi dolor,

para que sientas palpitar mi vida,

hice mis versos yo.

 

Para poder poner ante tus plantas

la ofrenda de mi vida y de mi amor,

15

con alma, sueños rotos, risas, lágrimas,

hice mis versos yo.

 

 

La gota de rocío

 

La gota de rocío que en el cáliz

duerme de la blanquísima azucena

es el palacio de cristal en donde

vive el genio feliz de la pureza.

 

5

Él le da su misterio y poesía,

él su aroma balsámico le presta;

¡ay de la flor, si de la luz al beso

se evapora esa perla!

 

 

Es un sueño la vida

 

Es un sueño la vida,

pero un sueño febril que dura un punto;

cuando de él se despierta,

se ve que todo es vanidad y humo. . .

 

5

¡Ojalá fuera un sueño

    muy largo y muy profundo!

¡Un sueño que durara hasta la muerte!. . .

Yo soñaría con mi amor y el tuyo.

 

 

Lejos y entre los árboles

 

Lejos y entre los árboles

de la intrincada selva,

¿no ves algo que brilla

y llora? Es una estrella.

 

5

Ya se la ve más próxima,

como a través de un tul,

de una ermita en el pórtico

brillar: es una luz.

 

De la carrera rápida

10

el término está aquí.

Desilusión. No es lámpara ni estrella

la luz que hemos seguido: es un candil.