BIBLIOTHECA AUGUSTANA

 

Don Juan Manuel

1282 - 1349

 

Libro de los estados

 

El primer libro

 

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[Capítulo LXXVII]

 

El lxxvii° capítulo fabla en cómmo Julio dixo al infante que si omne a de cercar algún lugar de los moros, que conviene que segund el lugar fuere de fuerte o de flaco, que así [faga] en los conbatimientos.

 

«Si omne a de çercar algún luga(r) de los moros, conviene que segund el lugar fuere de fuerte o de flaco, que así faga en los conbatimientos et en los engennos et en las otras cosas que son mester para tomar el lugar.

Otrosí, que ponga muy buen recabdo en guardar los que fueren por lenna o por paja o por yerva, et las recuas que troxieron las viandas para la hueste. Ca sienpre los moros se trabajan de fazer danno en las tales gentes, ca en la hueste que está asentada nunca ellos se atreven a entrar; nin otrosí de noche nunca gente de moros se atreven a ferir en la hueste de los christianos. Et esto fazen porque non andan armados nin los sus cavallos non andan enfrenados nin ensellados en guisa que se osen meter en ninguna priesa nin estrechura. Pero, con todo esto, sienpre los christianos [deven] posar la hueste cuerdamente, et tener sus esculcas et sus atalayas.

Otrosí, si los moros çercaren algún lugar de los christianos, los que estudieren en el lugar çercado deven trabajar quanto pudieren por que el lugar aya cárcava et bar<va>cana, et la bar<va>cana que sea bien foradada en que aya muchas lançeras et muchas saeteras. Ca por rrazón que los moros non andan armados, non ha cosa por que tan bien se defienda el lugar nin con que tanto mal les puedan fazer, commo de la barvacana, aviendo ý buenos valesteros, et por las lançeras.

Otrosí que en las torres del muro que estén {84c} ý muchas piedras et grandes cantos para dexar caer al pie. Et en el muro entre torre et torre que aya ý muy grandes cantos colgados en cuerdas, segund la manera que don Johan, aquel mi amigo, falló; que es [la] mejor maestría del mundo para que ninguna cosa non pueda llegar al pie del muro para cavar nin poner gata nin escalera nin cosa que les pueda enpeçer.

Otrosí los que estudieren de fuera que punnen de ferir en la hueste de noche o de día, según se les guisare mejor. Ca muy poca gente de christianos pueden desbaratar muy grant gente de moros feriendo en ellos de noche, et aun muy más teniendo el acogida çerca.

Otrosí, quando los moros entran a correr a tierra de christianos, si levan presa, los christianos que van en pos ellos deven ir primero cobrar la presa, et ir muy bien acabdellados los cavalleros et los peones, et enviar adelante qui descubra las çeladas, et ir ellos en tal manera que aunque çeladas recudan que les non puedan enpesçer. Et desque ovieren cobrado la presa et fueren seguros de las çeladas, si los moros [son] todos ayuntados en uno, dévense llegar a ellos lo más que pudieren, por que el aguijada non se faga de luenne. Et los que en la delantera aguijaren en ninguna manera non deven bolver las espaldas para tornar a los suyos que fincan en pos ellos. Mas los que fincan deven ir tan aína en pos los que fazen el aguijada que nunca los moros se puedan meter entre los unos et los otros. Et sobre todas las cosas del mundo deven guardar los christianos que non dexen ningunos de los suyos andar con ellos a un trebejo que ellos fazen de tornafuy. Ca bien cred que quantos a este trebejo se meten con los moros, que son ellos en grant peligro et meten a todos los otros a lugar {84d} de ser muertos o desbaratados. [Et] commo quier que esto deven guardar qualesquier christianos, mucho más los que andan armados commo cavalleros; ca si quiera oí dezir que una de las cosas que más enpesçió quando en la Vega murieron el infante don Johan et don Peidro, fue las espolonadas que fizieron algunos et después tornavan fuyendo al logar do estavan los pendones. Et por ende se deven mucho desto guardar de lo non fazer sinon commo es dicho.

Mas si quisieren todos derrangar con ellos, dévenlo fazer con acuerdo et non con rebato. Et allí non ay al sinon ponerlo todo en la merçed de Dios et ir quebrar con ellos muy sin miedo et que dure tanto el alcançe fasta que Dios faga su voluntat en los unos et en los otros. Et si Dios da el vençimiento a los christianos, dévengelo gradesçer et tener verdaderamente que Él lo fizo et non ellos. Et si por pecados, ocasión o desaventura les acaesçe, deven tener que lo consintió Dios por sus malos merecimientos; et deven fazer emienda del yerro en que cayeron et pedir merçed a Dios que los perdone et que se duela de la su ley, et que los non desanpare nin muestre su justiçia contra ellos.

Et non deven desmayar, mas esforçarse et guisar lo ante que pudieren que se venguen et tomen emienda del mal que reçibieron.»